China manifestó ayer miércoles su indignación por el encuentro del presidente estadounidense George W. Bush con el Dalai Lama, el martes en Washington, y señala su
ante lo que cataloga de fuerte injerencia en sus asuntos internos. Bush se entrevistó con el líder espiritual tibetano exiliado en su residencia de la Casa Blanca, a pesar de que las autoridades chinas pidieron que anulase dicha reunión con una figura a la que acusa de agitación en favor de la independencia del Tíbet. El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Liu Jianchao, describió la reunión de Bush con el Dalai Lama como
.
, afirmó, de acuerdo con la agencia de noticias China Nueva. Las autoridades norteamericanas afirmaron que China ya había manifestado su cólera ante el encuentro de Bush con el Dalai Lama al postergar una reunión planeada con las grandes potencias el miércoles en Berlín destinada a discutir la crisis nuclear iraní. Si bien esta semana las autoridades chinas están furiosas con Estados Unidos, también han criticado a Alemania, Australia y a otros países cuyos dirigentes se han entrevistado en los últimos meses con el Dalai Lama.