Masivas ofertas a Italia, Polonia, República Checa, Bulgaria y Austria para salvar los escollos
Portugal apura los contactos para sellar la cumbre con total acuerdo
Pasadas las seis de la tarde, dio comienzo ayer jueves en la capital portuguesa la cumbre de Jefes de Estado o de gobierno de la UE en la que todos los responsables comunitarios han depositado sus esperanzas para dar por concluido, y cerrado, el debate sobre la reforma institucional de la Unión. A la espera de las decisiones, que se demoraban, el clima era positivo. Romano Prodi, que venía a la cumbre con la firme determinación de salvaguardar la paridad en número de escaños de la Eurocámara que tradicionalmente ha mantenido Italia con Francia y el Reino Unido, y que el reparto propuesto por el Parlamento quiebra por primera vez en la historia, parecía dispuesto a facilitar las cosas. Por ello se barajaban extraoficialmente varias soluciones posibles a las demandas italianas. La primera de ellas apuntaba la posibilidad de ampliar en 5 el número de escaños de la Eurocámara, hasta 755. El Parlamento Europeo no parecía oponerse a la fórmula, que Prodi declaraba no conocer oficialmente. Otra opción, aparentemente más elaborada que la precedente, y que contaba con el visto bueno de los principales grupos de la institución, era la de no contabilizar como escaño el puesto de presidente de la Eurocámara, lo que liberaría un puesto que podía ser atribuido a Italia. España, según el secretario de Estado Alberto Navarro, no se opondría a esta solución. Las reivindicaciones polacas sobre un tratamiento jurídico vinculante para el Compromiso de Ioannina constituían el segundo obstáculo más relevante para la cumbre. La presidencia portuguesa, se orientaba a ofrecer la posibilidad de incluir un Protocolo en el nuevo Tratado de Reforma, pero no reproduciendo el texto de la Declación de Ioannina, sino la imposibilidad de reformarla por mayoría simple del Consejo. La presidencia portuguesa parecía también dispuesta a aceptar la grafía cirílica del euro, -la reivindicación de Bulgaria-. Por último, la demanda austriaca de frenar el acceso de estudiantes extranjeros (sobre todo alemanes a sus facultades de Medicina), parece orientada a una solución de corte bilateral con la Comisión, que suspendería durante 5 años el procedimiento de infracción instruido contra Viena por este tema, y que podría concluir con sanciones pecuniarias para el país alpino. Las demandas checas en el sentido de que el Consejo, a petición de un número de países, estuviera facultado para reclamar de la Comisión la derogación de legislación vigente, no ha conseguido ningún apoyo en el Consejo. Ayer, en la cumbre se esperaba que Praga la retirara sin más.