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Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

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CUANDO los F-16 turcos despegan a diario desde la base de Diyarbakir el público nacional seguramente se siente orgullo y seguro, pero algunos medios en la zona creen que las armas económicas disponibles harán entrar en razón al gobierno autónomo kurdo de Irbil más eficazmente que las bombas. Los ministerios de Comercio, Industria y Obras Públicas han hecho saber al ejecutivo hasta qué punto la autonomía kurda en el norte de Irak (en cuyo suelo están los santuarios del PKK, la guerrilla kurdo-turca) depende de Turquía: la gran actividad de construcción es cosa de empresas turcas, como la provisión de la mayor parte de la energía eléctrica, el combustible y el género en venta en los supermercados, comida incluida. Tal vez el presidente turco, el islamista moderado y nacionalista Abdula Gül, se refería a recurrir a presiones económicas y comerciales cuando dijo el miércoles en una conferencia regional con ministros de Exteriores de vecinos de Turquía que su país está decidido a «dar todos los pasos y utilizar todas las vías para impedir erradicar los terroristas». El gobierno turco también está dando pruebas de una sabia autocontención que, visiblemente, le pide Washington y le agradece la Otan (de la que Turquía es un veterano miembro) y ganando tiempo. Ha puesto en marcha una campaña internacional de explicación de su conducta, no ha dicho que no a una reunión con la parte iraquí propuesta en Estambul a primeros de noviembre por Condoleezza Rice y ha enviado a Bagdad a su ministro de Exteriores, Alí Babacan. Se supone que el gobierno turco espera a que den resultados las presiones que los líderes kurdos de Irak (Talabani, jefe del Estado y el jefe del gobierno autónomo, Barzani) están ejerciendo sobre el PKK, pero también necesita como parte del trato la recuperación sanos y salvos de ocho de sus soldados capturados por el PKK. Así las cosas, es poco probable que Turquía haga una gran demostración de fuerza en Irak que, además, tendría el peligro de causar muchas bajas civiles si se bombardean aldeas en los montes de Kandil, abrigo de las bases del PKK. Y, además, no sería prudente hacer nada irreparable antes del previsto encuentro del primer ministro Erdogan con el presidente Bush el cinco de noviembre.