Diario de León

El SPD gira a la izquierda

El que fue faro de la socialdemocracia europea trata de frenar su caída libre, en el último decenio ha perdido 230.000 militantes, agravada desde que gobierna en coalición con Merkel

El actual presidente del SPD, Kurt Beck, fue reelegido en el cargo con el 95,5% de los votos

El actual presidente del SPD, Kurt Beck, fue reelegido en el cargo con el 95,5% de los votos

Publicado por
Enrique Clemente - redacción
León

Creado:

Actualizado:

Durante décadas el SPD, el partido del mítico Willy Brandt que cuenta con más de 140 años de historia, fue el refe­rente de la socialdemocracia eu­ropea. Hoy es el paradigma de su desorientación y retroceso. Los hechos son apabullantes. Ha perdido 230.000 militan­tes en el último decenio y so­lo el 9% de los 545.000 que le quedan tienen menos de 40 años. Fue derrotado por los democris­tianos en las últimas elecciones del 2005, con su peor resultado desde 1990 (34,2%). Forma par­te parte de un Gobierno de gran coalición en el que juega, a su pesar, el papel de tonto útil de la canciller Angela Merkel, que capitaliza todos los éxitos. Le ha surgido una dura competencia en su propio ámbito, La Izquier­da, la alianza de Oskar Lafon­taine y los ex comunistas de la RDA. Por si fuera poco, su crisis de liderazgo es alarmante: cua­tro presidentes en cuatro años, desde que Schröder se retiró. Y el actual, Kurt Beck, de 58 años, sin ningún carisma y al que sólo el 16% de los votantes del pro­pio SPD quieren como candida­to en el 2009. Las encuestas son demoledoras: un 25% de apoyos, 15 puntos menos que los demo­cristianos (CDU-CSU). Con este panorama sombrío, en plena crisis de identidad y popularidad, el SPD ha celebra­do este fin de semana un impor­tantísimo congreso en Hambur­go. Para atajar la hemorragia, el partido ha cerrado filas -al me­nos de momento- en torno a Beck, reelegido con el 95,5% de los votos, y ha dado un giro a la izquierda, retornando a sus raí­ces sociales. Pero las contradic­ciones son evidentes: sonó cuan­do menos extraño que Beck lla­mara «radical», «veleidosa» y «liberaloide» a Merkel, la jefa de un Gobierno en el que el vi­cecanciller y ministro de Traba­jo es un correligionario del SPD, Franz Müntefering. Puede, sin embargo, que esta incipiente marcha atrás a la po­lítica de recortes sociales y re­formas económicas contempla­da en la Agenda 2010 de Schrö­der llegue tarde. Por un lado, La Izquierda se afianza y le ro­ba las banderas de la justicia so­cial. Por otro, la hábil Merkel, le­jos de convertirse en la Margaret Thatcher del siglo XXI, se apro­vecha en casa de su buena ima­gen internacional y se apropia de asuntos como la lucha con­tra el cambio climático y la pro­tección a la familia. El SPD está preso de una tenaza, que le tie­ne cogido a derecha e izquier­da, de la que le será muy difícil desembarazarse. Una de las medidas adoptadas por los socialdemócratas -en contra de la dirección del par­tido- ha sido la limitación de la velocidad en las autopistas a 130 kilómetros por hora. Otra, la prórroga de subsidio de desem­pleo de los mayores de 55 años, de los 18 meses actuales a 24. La inviabilidad e impopularidad de la primera y el limitado alcance de la segunda muestran lo difícil que es para el SPD lanzar pro­puestas concretas de izquierda que enganchen. El Programa Hamburgo, apro­bado en el congreso, es el terce­ro del SPD desde el final de la guerra. Socialismo de­mocrático, libertad, justicia y so­lidaridad, globalización sujeta a reglas de juego sociales con sus señas de identidad. Los socialdemócratas pa­san apuros en toda Europa. En Francia, el PS, que en su día re­negó del blairismo, atraviesa una grave crisis tras su derrota ante Sarkozy. En el Reino Unido, los laboristas, con Gordon Brown a la cabeza, están a la par en los sondeos con los conservadores. En Italia, nace el Partido Democrático, dirigido por el alcalde de Roma, Walter Veltroni, mientras Romano Pro­di tiene cada vez más problemas para mantener a flote su frágil coalición. En España, el PSOE de Zapate­ro no se despega del PP.

tracking