Zapatero promueve un Fondo para el Agua con 1.500 millones de euros

José Luis Rodríguez Zapatero quiso mostrar su grado de compromiso con los esfuerzos por la cohesión social en América Latina con un generoso reparto de millones. Comprometió 1.500 millones de dólares para la creación de un Fondo para el Agua, 60 millones de euros para un plan de seguridad para Centroamérica, costeará una base permanente en Panamá para ayudas de emergencia y asumirá la mayor parte del fondo, aún sin cuantificar, del Convenio Iberoamericano de Seguridad Social. Como el pariente rico que se preocupa por sus familiares pobres, Rodríguez Zapatero tiró de chequera. Así se puede resumir la intervención del presidente del Gobierno en la primera jornada de la 17.ª Cumbre Iberoamericana que se celebra en Santiago de Chile. El presidente del Gobierno anunció ante los gobernantes de los 22 países asistentes la creación de un Fondo del Agua que España dotará con 1.500 millones de dólares para los próximos cuatro años. Justificó la decisión en que «mejorar el acceso al agua y a los saneamientos es un objetivo fundamental para la cohesión», tema de debate de la cumbre, y en que en América Latina 58 millones de personas no tienen acceso al agua y 138 millones carecen de saneamiento alguno. En la reunión previa que mantuvo con los gobernantes centroamericanos ofreció crear una base permanente en Panamá con material español para hacer frente a emergencias por desastres naturales, como los registrados estos días en México y República Dominicana. Arremetidas de Chavez El punto disonante lo puso el gobernante venezolano, Hugo Chavez, quien mostró su desacuerdo con el concepto de cohesión social y abogó por trabajar por «la justicia social» o por la «revolución social». Hizo su habitual descripción catastrofista del neoliberalismo, de Estados Unidos y de su presidente, George W. Bush, y también arremetió contra «la manipulación» de los medios de comunicación norteamericanos sobre los disturbios en Caracas, un, a su juicio, falseamiento que merecería «la silla eléctrica» para sus responsables. También sacó a colación otra de sus bestias negras favoritas: José María Aznar. Calificó al ex presidente de «verdadero fascista con todas las letras», que recorre América Latina «pregonando» las bondades del neoliberalismo. Mientras, un año de gestiones y buenos oficios de España no han servido para resolver la crisis de las papeleras que enfrenta a Argentina y Uruguay. El Gobierno de Montevideo autorizó a la empresa finlandesa Botnia para operar y la planta de celulosa arrancó a todo trapo. Argentina envió una nota de protesta y pidió disculpas al Rey por haber pedido su mediación hace un año. El ministro de Exteriores hizo pública «la sorpresa» del Gobierno español por la decisión uruguaya. Tras la primera sesión de trabajo de la Cumbre, los mandatarios inauguraron en Santiago de Chile un Parque Iberoamericano, donde cada uno de los presidentes plantó un árbol, antes de posar para la tradicional foto de familia. En esta cumbre se han despedido como presidente el argentino Kirchner y el guatemalteco Oscar Berger, quienes en Santiago dicen adiós a estas cumbres ya que próximamente abandonarán el cargo. Ambos llegaron acompañados de sus sucesores a la cumbre.