A quince días de la votación reformista la sociedad de Venezuela se bipolariza

A dos semanas para el referendo sobre la reforma constitucional, oficialismo y oposición venezolanos arrecian la campaña en apoyo y rechazo al proyecto, respectivamente, con la notable ausencia del presidente del país, Hugo Chávez, quien cumple una breve gira internacional. Más de 16 millones de electores han sido convocados por el Poder Electoral a las urnas el próximo 2 de diciembre para que se pronuncien sobre la propuesta de reforma de 69 de los 350 artículos de la Carta Magna de 1999. La campaña electoral, abierta el pasado día 2, ha incluido movilizaciones callejeras, especialmente de estudiantes de ambos bandos, así como sorpresivos pronunciamientos de importantes ex aliados de Chávez en contra de los cambios constitucionales. Las encuestan que publica la prensa local están divididas: unas hablan de un aplastante triunfo oficialistas y otras dicen que la mayoría rechazará la reforma planteada por el presidente. Mientras Chávez cumple una gira de seis días por Arabia Saudí, Irán, Francia y Portugal, que culminará el próximo miércoles, sus aliados encabezan caravanas por toda Venezuela y promueven la reforma como la única vía para mantener y ampliar los «beneficios sociales» de la «revolución bolivariana». «El que vote 'sí' (a la reforma en el referendo) está con Chávez, el que vote 'no' está contra Chávez», sentenció el mandatario este jueves antes de emprender su viaje. Chávez, un teniente coronel retirado de 53 años, dejó instrucciones a sus aliados de impulsar la asistencia masiva a las urnas para «derrotar la abstención, el principal enemigo». También ordenó «demoler la campaña de mentiras» de la oposición sobre la reforma, que lejos de «acabar con la democracia» lo que hará es «transferir más poder al pueblo» y «ampliar derechos» como el de la propiedad al incluir además de la privada, otros tipos, entre ellos la comunal y la social, de acuerdo a Chávez. La reelección presidencial ilimitada, la posibilidad de que el Estado restrinja la información y suspenda el derecho al debido proceso durante los estados de excepción, un nuevo ordenamiento territorial y la reducción de la jornada laboral a seis horas, son algunas de las propuestas incluidas en el proyecto de reforma. Ilegal para la oposición La oposición, en general, califica de «inconstitucional» e «ilegal» la propuesta, tanto por su contenido, cuyo alcance obligaría a una Asamblea Constituyente, como por la forma en que fue aprobada por el Parlamento, de 167 miembros, todos oficialistas por un boicot opositor en los comicios de 2005. Pero frente a la opción del voto los opositores siguen divididos: una parte exhorta a participar en el referendo, y otra insiste en la supuesta falta de garantías electorales, pide no asistir a las urnas e, incluso, «evitar» la realización de la consulta «mediante la presión de calle». El líder opositor y gobernador del estado petrolero de Zulia, Manuel Rosales, reiteró este viernes su llamado a «espantar el miedo» y salir a «votar» en contra de la «abusiva e innecesaria» reforma constitucional de Chávez. Según Rosales, aunque el Poder Electoral «no garantiza el equilibrio» porque es una «marioneta» del gobierno, igual la oposición debe «jugarsela completa» porque «de aprobarse la reforma será la destrucción de la soberanía popular» y se instalará «un presidente vitalicio». Esa misma opinión la reiteró este lunes el general en jefe retirado Raúl Isaías Baduel -considerado el artífice del regreso de Chávez al poder tras su breve derrocamiento en abril de 2002- cuando volvió a pedir a los venezolanos a que voten de forma masiva y cívica contra el proyecto.