Los cambios en los regímenes especiales de jubilaciones se compensarán con aumentos salariales
Sarkozy impone su reforma y logra que sea desconvocado el paro del transporte
El primer ministro felicita a los sindicatos por negociar y agradece la paciencia del usuario
Nicolas Sarkozy ha conseguido lo que la mayoría de los franceses creían imposible. Los trabajadores de los ferrocarriles y el transporte urbano decidieron ayer en sus asambleas volver al trabajo, para alivio ciudadano. Tras nueve días sin trenes, metros ni autobuses, los sindicatos han conseguido que las bases acepten las negociaciones que compensarán con aumentos salariales la reforma de los regímenes especiales de jubilación. La suspensión de la huelga es un gesto de cara a las negociaciones que empiezan el lunes en el transporte urbano, y el jueves próximo, en los ferrocarriles. Supone de entrada que los trabajadores que hasta ahora cotizaban 37 años y medio para acceder a la jubilación están dispuestos a igualarse a los 40 que precisan el resto de las profesiones. Tanto el presidente Sarkozy como su primer ministro, François Fillon, dejaron claro desde un principio que este era el punto innegociable. La reforma que se proponen llevar a cabo costó en 1995 el cargo y las elecciones a la derecha que entonces lideraban Jacques Chirac y Alain Juppé. Fillon se felicitó ayer de «la responsabilidad de las principales organizaciones sindicales», que han aceptado las negociaciones y han llamado a la interrupción del conflicto. También rindió homenaje a la «paciencia» de los ciudadanos, que «han sido duramente penalizados por la huelga». Las empresas buscan ahora cómo compensarlos. La normalidad tardará en restablecerse. Ayer, con los primeros anuncios del final del conflicto, los andenes se llenaron de usuarios que no encontraron trenes.