Uribe anuncia el intento francés paraliberar a los rehenes de las FARC Los riesgos de Uribe Un silencio que habla

El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, celebró las pruebas de supervivencia de 17 secuestrados por la guerrilla de las FARC confiscadas por las autoridades, pero lamentó las malas condiciones en las que están los rehenes y anunció que apoya gestiones de Francia para su liberación. Uribe se refirió a los vídeos y cartas decomisados por el Ejército a tres presuntos milicianos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), divulgados en la madrugada de ayer por el alto comisionado presidencial para la Paz, Luis Carlos Restrepo. Pero el gobernante deploró el estado en que se ve en las imágenes a algunos secuestrados, entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y el ex senador Luis Eladio Pérez. «Las FARC es un terrorismo torturador, de lo peor de la historia de la humanidad», dijo Uribe, aunque anunció que «vamos a seguir trabajando por la liberación de los secuestrados». Uribe habló al inaugurar un encuentro de cooperación internacional con Colombia, en el que destacó las pruebas de supervivencia incautadas, pero lamentó que no se hayan obtenido de todos los 45 políticos, soldados, policías y soldados secuestrados. Agregó que se esas pruebas se divulgaron por razones humanitarias y anunció, sin dar detalles, que se buscan nuevos mecanismos con Francia para lograr la liberación de los secuestrados. Recordó que hace dos días se reunió con el embajador francés, Jean-Michel Marlaud, y reiteró su «disposición de buscar con el gobierno de Francia, con la comunidad nacional e internacional, mecanismos para la liberación de los secuestrados que sean efectivos y que no impliquen protagonismo del terrorismo». Dos torturados «Celebro que el Ejército colombiano haya hallado estas evidencias. Celebro que la Fiscalía nos haya dicho anoche que son creíbles. Celebro que se refieran a un buen número de secuestrados, no a todos», manifestó el gobernante colombiano. Pero lamentó «que no haya de los otros. Ojalá lleguen», dijo, y añadió que dichas evidencias «son recientes». Precisó que «todo indica que son evidencias tomadas entre el 23 y el 24 de octubre» pasados. Uribe deploró «especialmente» el caso de Ingrid Betancourt y del senador Luis Eladio Pérez, en los que, afirmó, «los vídeos advierten tortura». Indicó que cuando vio las grabaciones, la pasada madrugada, «veía ahí una expresión de tortura semejante a la que se observaba en aquellos europeos que fueron llevados a los campos de concentración del nazismo». Anunció que su gobierno va a «seguir trabajando por la liberación de los secuestrados» y enviará el material los gobiernos de Francia y de Estados Unidos, debido a que aparecen Ingrid Betancourt, que es colombiano-francesa, y los tres contratistas estadounidenses secuestrados, Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves. El fiscal explicó que el material está siendo verificado, pero que se levantó la reserva judicial para permitir que lo vieran los familiares de los rehenes, con quienes se reunió. LA ANHELADA «fe de vida» de Ingrid Betancourt y tres estadounidenses en manos de la guerrilla colombiana ya es un hecho pero el gobierno Uribe se la ha birlado al presidente Chávez, quien debía haberla aportado como dato crucial de su esfuerzo negociador para obtener la libertad de los cautivos. Causó ayer algo más que una sorpresa el anuncio oficial de Bogotá de que la policía había detenido a tres guerrilleros de las FARC con los videos y los textos en su poder El presidente colombiano, tras aceptar la mediación de Chávez, que pretendía canjear 45 prisioneros por varios cientos de guerrilleros, canceló súbitamente el acuerdo apenas llegado a París el presidente venezolano, que había sido invitado por el presidente Sarkozy para reforzarle y mostrarle la gratitud de Francia. Hay algo más y que con frecuencia se olvida: el gobierno Bush, un fiel aliado de Uribe de quien estima mucho su conducta contra la guerrilla terrorista y narcotraficante y su hostilidad a la nueva izquierda populista latinoamericana, no ha hecho nada por perturbar la misión Chávez porque desea también la vuelta a casa de sus nacionales, descritos no oficialmente como agentes civiles de inteligencia. La pugna entre las consideraciones humanitarias (que prevalecen por la fuerte solidaridad pública con las familias de los secuestrados) y la política sin más sólo podía ser resuelta por un árbitro y se aceptó que fuera Chávez porque se le supone como aceptable para las FARC. Así pues, tras saber que Washington no ponía objeciones, Uribe aceptó pero ¿se volvió atrás en un momento concreto porque ya sabía que él interceptaría la documentación probatoria y podría apuntarse un tanto? Algo es seguro: según Astrid Betancourt, los documentos datan de fines de octubre prueba de que eran parte de la gestión de Chávez que, por tanto, marchaba bien. Pero Uribe, en vez de dejar correr el compromiso, cambió de opinión. Y corre un riesgo grave: imaginen en qué posición quedaría si algo llegara a suceder a los cautivos. La ex candidata presidencial franco-colombiana Ingrid Betancour, secuestrada en febrero de 2002, está viva. Así se desprende de los videos, fotografías, cartas y otras pruebas que tenían en su poder tres miembros de las FARC que fueron detenidos el jueves en Bogotá. En total, aparecen datos de 17 rehenes, entre ellos de tres estadounidenses, según anunció el gobierno colombiano la pasada madrugada. En las imágenes mostradas por el funcionario en una inusual rueda de prensa, Betancourt viste pantalón azul y camisa blanca sin mangas. Se encuentra sentada en una improvisada silla, mantiene sus manos cruzadas sobre sus piernas y está encadenada. En el video no se ve a la política hablar y, en cambio, se le nota un semblante muy triste, con la mirada hacia el suelo y su larga cabellera recogida sobre el hombro. Betancourt está, según las imágenes, en medio de una zona selvática y por su aspecto y vestimenta se nota que el clima es cálido. La última prueba de supervivencia de Betancourt era un video grabado por las FARC en mayo de 2003 y entregado en agosto de ese añoLa senadora colombiana Piedad Córdoba, quien gestionaba con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, un acuerdo para la liberación de los secuestrados por la guerrilla de las FARC, afirmó que las pruebas de supervivencia de los rehenes iban dirigidas a ella para ser llevadas al gobernante venezolano.