Pese al caos en que está sumido todo el país, se mantiene el 8 de enero como fecha electoral
Pakistán rinde adiós a Bhutto entregrandes muestras de dolor popular
El Pentagono afirma «que todas las armas nucleares están bajo control del Gobierno y en manos seguras»
Cientos de miles de personas participaron en los funerales de la ex primera ministra paquistaní y líder de la oposición Benazir Bhutto, asesinada el jueves por un terrorista suicida. El cuerpo de Bhutto recibió sepultura en el mausoleo que la familia tiene en Ghari Khuda Baksh. La dirigente de la oposición y adversaria del presidente Pervez Musharraf descansa junto a su padre, Zulficar Ali Bhutto, primer ministro electo del país y que murió en la horca en 1979. Pese al magnicidio y el caos en que está sumido el país, las autoridades paquistaníes insisten en su empeño de mantener la convocatoria de elecciones para el próximo 8 de enero. Un coche de color blanco portaba los restos mortales de Benazir Bhutto, la primera mujer que accedió a la jefatura de un país musulmán, iba en un sencillo féretro que estaba envuelto por la bandera negra, verde y roja del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), la fuerza mejor organizada del país. El vehículo tardó dos horas en recorrer el trayecto que separa la casa familiar de Naudero del antiguo cementerio, situado en el pueblo de Ghari Khuda Baksh. Lento avance El féretro avanzó lentamente entre la multitud que se agolpaba en las calles, mientras sus seguidores lloraban y se golpeaban el pecho, rotos por el dolor de esta pérdida. El ataúd había sido trasladado en helicóptero desde Islamabad hasta Naudero, antes de ser conducido en una ambulancia hasta la tumba. Ya en el interior del panteón, un imam pronunció una oración mientras la multitud coreaba «Alá uh Akbar» (Alá es el más grande). En medio de banderas del PPP que flameaban vistosas, los seguidores de Bhutto se encaramaron al tejado del panteón para observar mejor la ceremonia. El esposo de Bhutto, Asif Zardari, y los tres hijos de la pareja prorrumpieron en sollozos en el momento de la inhumación. Uno de los hijos, Bilawal, estaba totalmente conmocionado. «Somos huérfanos. Gracias a Dios, Benazir era inocente», clamaban los simpatizantes de Bhutto. Pero poco a poco, el dolor de los paquistaníes presentes cedió paso a la indignación. «Destruyan a Musharraf, porque ha matado a nuestra líder», gritaban los correligionarios de Bhutto, que culpan al mandatario de todas las desgracias ocurridas en los últimos meses Los adeptos de Benazir Bhutto están muy crispados, lo que hace temer a las autoridades que se desate una ola de violencia. Más de 30 personas murieron desde el jueves en los motines y enfrentamientos callejeros acontecidos, Los Rangers, fuerzas paramilitares que cooperan con la policía en Karachi, recibieron orden de disparar para contener la violencia y hacer frente a eventuales ataques contra edificios públicos o privados, declaró el comandante Athar Ali. Este cuerpo especial desplegó 16.000 efectivos en la provincia de Sind, de los cuales 10.000 están concentrados en su capital, Karachi. La situación en el resto del país permanecía tranquila, pero en todas las grandes ciudades se respiraba una atmósfera de extrema tensión. El otro hombre fuerte de la oposición, Nawaz Sharif, exigió la renuncia de Musharrad y argumentó que si el Gobierno persiste en el error de celebrar elecciones legislativas dentro de dos semanas el país «será conducido a la destrucción». La aparente incapacidad de Musharraf para detener el derramamiento de sangre -ya son casi 800 los muertos en atentados terroristas registrados este año- jugará en contra de las posibilidades electorales del actual mandatario. El primer ministro interino de Pakistán, Mohammedmian Soomro, afirmó el jueves que no había planes inmediatos de cancelar los comicios, aunque los analistas son escépticos acerca de la celebración de esas elecciones. «La credibilidad del Gobierno para devolver el país a la normalidad, está cayendo por minutos», dijo Rasul Baksh Rais, experto en Ciencias Políticas de la Universidad de Lahore. Control del arsenal nuclear Las armas nucleares que posee Pakistán están bajo control del Gobierno y en manos seguras, afirmó un portavoz del Pentágono. Pese a esta situación,