La misión de observadores encabezados por Lambsdorff no ha podido garantizar los resultados
La UE pone en duda la credibilidad del escrutinio de las elecciones en Kenia El Ejército mata en Kibera a varios opositores Sarkozy amenaza a Siria con romper relaciones por su papel en el Líbano Desactivan una bomba de la II Guerra Mundial que trasladó a
El opositor Odinga se autoproclamó nuevo presidente horas antes que un apagón de datos lo derrotara
La misión de observadores electorales de la Unión Europea afirmó que las autoridades de Kenia no han podido garantizar la «credibilidad» del escrutinio de los comicios del jueves. En un comunicado, el jefe de la misión, Alexander Lambsdorff, afirmó que las «irregularidades» registradas siembran dudas sobre el resultado final anunciado por la Comisión Electoral y que da la victoria al presidente Mwai Kibaki. Pone como ejemplo que en la circunscripción de Molo, en presencia de los observadores de la UE se anunció en el centro de acopio de votos que Kibaki había obtenido 50.145 votos, mientras que la Comisión Electoral dijo que el gobernante había sacado en ese mismo lugar 75.261 sufragios. «A causa de esto y de otras irregularidades observadas, quedan algunas dudas sobre la exactitud del resultado de las elecciones presidenciales anunciado s», agrega la nota. Según la Comisión Electoral, Kibaki, del Partido de Unidad Nacional (PNU), obtuvo 4.584.721 votos, mientras que Odinga, del Movimiento Democrático Naranja (ODM), logró 4.352.993 sufragios. El anuncio fue hecho por el presidente de la Comisión Electoral, Samuel Kivuitu, desde una sala de la sede de esa institución, poco después de que se suspendiera la difusión de estos datos en la sala general de la Comisión por el alboroto que se desato en el recinto. Odinga, que iba encabezando todos los recuentos parciales que hasta habían dado a conocer las autoridades electorales, se proclamó vencedor de los comicios esta mañana, e invitó al Gobierno a aceptar su derrota. Sin embargo, dirigentes del gobernante PNU también dijeron que, según sus datos, era Kibaki el que había ganado los comicios, los más disputados en la historia política del país. En el último informe parcial del escrutinio, la Comisión Electoral aseguró que el candidato opositor tenía una diferencia de 38.002 sufragios sobre Kibaki. Esa diferencia se iba reduciendo según se anunciaban los cómputos parciales, y en los datos finales provisionales dados a conocer el gobernante saca una ventaja de 231.728 votos. Toma de posesión Mwai Kibaki asumió como presidente de Kenia, en un segundo mandato, pero esta vez llegó al poder en medio de serias irregularidades sobre el escrutinio, muy lejos de las esperanzas que despertó cuando empezó a gobernar, hace cinco años. Kibaki, de 76 años y economista de formación, es el político en activo más longevo que se presentaba a los comicios del jueves. Pertenece al grupo étnico Kikuyu, al igual que la cuarta parte de los kenianos. Nació el 15 de noviembre de 1931 en la población de Othaya, cerca del monte Kenia y en sus estudios se incluye el paso por la Universidad keniana de Makerere y en la London School of Economics. La violencia ha estallado en puntos de Nairobi y en otros lugares de Kenia y sólo en la barriada pobre de Kibera varias personas han resultado muertas o heridas por los disparos del Ejército, según pudo comprobar Efe. Los disturbios estallaron nada más conocerse los resultados oficiales de las elecciones del jueves, en los que el presidente Mwai Kibaki fue reelegido, según un cómputo oficial cuya pureza rechaza la oposición y ponen en duda observadores electorales. A Kibera, un bastión de la oposición habitado por más de un millón de personas, fueron enviados varios destacamentos de soldados regulares y de las fuerzas especiales para enfrentarse a los seguidores de la oposición. Allí, los seguidores del dirigente opositor Raila Odinga, de la etnia luo, han prendido fuego a varias viviendas y sus vecinos se han declarado en «estado de guerra» contra los representantes de los kikuyus, El presidente francés, Nicolas Sarkozy, amenazó en el Cairo con romper las relaciones con Siria si no colabora en la elección presidencial libanesa e instó al diálogo con Irán para resolver el contencioso nuclear. «No mantendré contactos con los sirios a menos que recibamos pruebas de que ellos han permitido a los libaneses elegir a un presidente consensuado», dijo Sarkozy en una rueda conjunta en El Cairo con su homólogo egipcio, Hosni Mubarak. El mandatario francés inicióuna visita oficial de dos días a la capital egipcia, en donde se reunió esta mañana con Mubarak, con quien trató, además, el proyecto de la Unión por el Mediterráneo, el programa nuclear pacífico de Egipto, el proceso de paz entre palestinos e israelíes y la situación en Irak y en Darfur. «Siria debería dejar de hablar y empezar con hechos, no podemos esperar para siempre», siguió Sarkozy. Por su parte, Mubarak apuntó que «no es aceptable que el Líbano permanezca paralizado sin presidente» y pidió al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, que intervenga para conseguir la reconciliación, «porque de otra manera el asunto se volverá más complicado». Para Mubarak, Siria es el país que ejerce «una mayor influencia sobre las facciones libanesas» y por ese motivo debe intervenir en el país de los cedros. El Líbano vive un vacío presidencial desde el pasado 24 de noviembre ante la incapacidad de su Parlamento para elegir a un presidente por las discrepancias entre los distintos grupos políticos. En cuanto a Irán, Sarkozy señaló que su país continuará adoptando un acercamiento basado en «el diálogo y la justicia» para tratar el contencioso con Irán por su programa nuclear. «No vamos a rendirnos ante Irán, porque sin un diálogo mutuo empujaremos al mundo al borde de la catástrofe», indicó. Respecto a la cooperación franco-egipcia, el jefe del estado francés volvió a recordar la voluntad de su país para ayudar a Egipto a desarrollar su programa nuclear con fines pacíficos: Los artificieros del cuerpo de bomberos de Hannover desactivaron una bomba «dormida» de la Segunda Guerra Mundial localizada en esa ciudad alemana, que había obligado a la evacuación de 14.000 personas, incluidos los pacientes de un hospital. La operación se completó este domingo, después de que se lograra la desactivación del artefacto, sepultado a 7,5 metros de profundidad bajo el solar que ocupa un supermercado. En la evacuación de vecinos y pacientes del hospital participaron un total de 32 vehículos del cuerpo de bomberos y 750 efectivos de ese servicio y de protección civil. Medio millar de los residentes afectados pasaron la noche en dependencias provisionales habilitadas para la ocasión, incluida una escuela, aunque la mayoría optó por alojarse en casas de familiares. El hallazgo de «bombas dormidas» es aún relativamente frecuente en Alemania, más de 60 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, especialmente en ciudades como Hannover, cuya superficie urbana quedó destruida por los bombardeos en un 90 por ciento. En este caso se desalojó un radio de 1.000 metros alrededor del lugar donde se había localizado el artefacto, en la zona sur de Hannover. La decisión de proceder a la evacuación del vecindario justamente estos días respondía precisamente a los intereses del hospital desalojado, puesto que en esta época hay muchos menos pacientes de lo habitual.