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Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

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TRAS UNA rápida negociación entre todos los actores del drama en curso, la comisión electoral de Pakistán anunció ayer que las cruciales elecciones legislativas previstas para el próximo martes han sido aplazadas hasta el 18 de febrero. El anuncio, muy escueto y formalmente obligado por imperativos técnicos (la destrucción de listas de electores y daños en los colegios electorales del Sind asaltados por manifestantes encolerizados por el asesinato de Benazir Bhutto) se produjo pocas horas antes del esperado mensaje a la nación del presidente Musharraf, muy político en cambio. El jefe del Estado asumió y defendió el aplazamiento por inevitable, elogió la correcta medida y reiteró que habrá elecciones libres, transparentes y pacíficas. Pero lo esencial de su esperado discurso fue el anuncio de que un equipo de la prestigiosa policía criminal de Scotland Yard ayudará a sus colegas paquistaníes en la encuesta y reiteró que no hubo conspiración en el asesinato, que atribuyó a manos terroristas. No pronunció la palabra Al -Qaeda. Musharraf pidió ayuda a partidos, instituciones, gobierno y órganos de seguridad y repitió que Pakistán se enfrentará a un negro porvenir si no consigue derrotar al terrorismo. «Tal era el programa de Bhutto y es el mío también», dijo. Así las cosas, y vista la convergencia de todos los interesados, incluido el gobierno norteamericano, presente en cada minuto del proceso, lo acordado parece ser la corta demora a la que se avenían ya desde el lunes tanto el PPP de los Bhutto como la Liga Musulmana de Nauaz Sharif, por no hablar de la otra Liga Musulmana, la fundada por el general Musharraf, siempre lista para servir el diseño del general. En realidad, y según la tradición religiosa, nada podía hacerse en el mes sagrado de Moharram, que termina el ocho de febrero, y era seguro que los comicios serían fijados para poco después. Si todo va bien y el resultado es el esperado, el país (con el régimen político semi-refundado por los retoques constitucionales dictados por el general Musharraf principalmente bajo el estado de excepción) reemprenderá una marcha relativamente normalizada y sólo el tiempo dirá si el futuro es parte de lo esperado