Los sondeos de opinión sobre los demócratas se tradujeron en un fiasco «En Hampshire he encontrado mi propia voz»

La fiabilidad de las encuestas quedó en entredicho tras las primarias de New Hamshire, donde no atinaron a anticipar la victoria de Hillary Clinton sobre Barack Obama. «Es algo sin precedentes que tantas empresas encuestadoras se hayan equivocado tanto, necesitamos saber por qué», comentó Gary Langer, director de sondeos de la televisión ABC, que analiza elecciones en su país desde hace más de 15 años. En el campo republicano, los institutos de sondeos dieron en la diana al vaticinar la victoria del senador John McCain. Pero con los demócratas erraron de forma estrepitosa, al prever una victoria de Obama por un margen de entre 5 y 13 puntos. Los analistas intentan explicar cómo se evaporó esa supuesta ventaja en 24 horas, cuando los electores de New Hampshire quedaron a solas con las urnas y votaron el martes en un 39% por Clinton y en un 36 % por Obama. Unos expertos atribuyen la victoria de Clinton a las lágrimas que reprimió la víspera y que destacaron su lado más humano. Otros subrayan que la cuestión racial era un factor que iba en detrimento de Obama por ser mestizo. Lo que es cierto es que el comportamiento imprevisible del estado de New Hamshire hizo que los sociólogos electorales sufrieran un patinazo. Tal vez todos tengan razón y cada factor haya costado uno o dos puntos a Obama. «New Hamshire es mortal para los sondeos», aseveró Maurice Carroll, director de encuestas de la Universidad Quinnipiac de Nueva York. En ese estado de Nueva Inglaterra es una pesadilla hacer modelos y prever la conducta de los electores. «Los encuestados contestan: creo que voy a votar por los demócratas. No, creo que voy a ser republicano». «Efecto Bradley» Algunos expertos sugieren que en la mayoritariamente blanca New Hampshire Obama sufrió el «efecto Bradley», un fenómeno ya observado en el pasado, cuando candidatos negros recibieron promesas espectaculares en las encuestas previas pero perdieron el día de la elección. Otros analistas evocaron un movimiento de simpatía, de último momento y mayoritariamente femenino, tras los sollozos de Clinton ante las cámaras de televisión un día antes de la elección. Una encuesta a la salida de las urnas publicada el miércoles por el 'Washington Post' mostró que un 57% de los electores fueron mujeres y que un 46% de ellas votaron por la candidata. «El incidente ciertamente humanizó a Hillary Clinton, algo que de alguna forma ella necesitaba desesperadamente», comentó Costas Panagopoulos, director de estudios políticos de Fordham . Sin embargo, «no creo que haya sido exclusivamente ese incidente> lo que ha invertido la tendencia de voto. Según Panagopoulos, la derrota de Clinton en Iowa una semana antes también la ayudó en New Hampshire, «al recordar a sus simpatizantes y a los electores indecisos que podía perder, lo que alentó la movilización de los suyos». «Al final, tal vez no haya una respuesta indiscutible», dijo Langer. «Las encuestas pueden haber sido fidedignas, pero pueden haber quedado superadas en el último minuto o por indecisos que se pronunciaron al final y por razones que podremos o no conocer algún día». La senadora Hillary Clinton agradeció, radiante, la victoria conseguida en las primarias de Nuevo Hampshire, donde, según dijo, «he encontrado mi propia voz». «Durante una semana os he escuchado a todos vosotros, y eso me ha permitido encontrar mi propia voz», dijo emocionada, arropada por su marido Bill Clinton y su hija Chelsea. En su intervención, la ex primera dama mostró un talante relajado y cálido, a diferencia de la actitud desafiante que ofreció tras su derrota en Iowa, lo que le valió un retroceso en los sondeos de opinión,