El presidente se reunió con su homólogo egipcio Hosni Mubarak
Bush finaliza su gira por Oriente Medio sin acuerdos prácticos
El viaje concluye con un impulso a las conversaciones de paz y las provocaciones a Irán
La mayor gira del presidente de EE.UU., George W. Bush, por Oriente Medio, que acabó ayer, ha resultado en nuevas conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, pero no en acuerdos prácticos, y en más tensión con Irán. Dar un impulso a las negociaciones en Tierra Santa era la meta dominante de un viaje que para muchos analistas suponía una asignatura pendiente de Bush, que no había pisado en el territorio más disputado del planeta en sus siete años en la Casa Blanca. Bush se hizo fotos llenas de simbolismo en la Mukata, la sede del gobierno palestino en Ramala (Cisjordania), a donde no había llegado ningún presidente de Estados Unidos. Y bajo la mirada del difunto Yaser Arafat, con quien Bush no quiso reunirse y quien lo observaba desde un retrato colgado sobre su cabeza durante una rueda de prensa, el presidente predijo, sin sombra de duda, un acuerdo de paz antes del fin de su mandato, en enero de 2008. Aún rodaba el presidente por los países del Golfo Pérsico cuando los hechos daban un aire de fábula a su pronóstico. Mientras, los milicianos palestinos de Gaza lanzaban sus cohetes sobre Israel y el ejército hebreo entraba con mano dura a la Franja, matando a una veintena de personas en dos días. El viaje de Bush no trajo consigo ni siquiera algún acuerdo menor, sobre facilitación del paso de civiles por los puestos militares israelíes en Cisjordania, por ejemplo, o alguna acción por las fuerzas palestinas para contener a los milicianos islamistas. Incluso mientras Bush pedía a Olmert que parara la expansión de los asentamientos, como marca la hoja de ruta, en el Este de Jerusalén las palas seguían removiendo tierra con este fin. La única noticia positiva ha sido el inicio del diálogo entre israelíes y palestinos sobre los temas de fondo del conflicto, pero eso era algo que ya habían prometido ambas partes en la conferencia de Annapolis (Maryland, EE.UU.) en noviembre pasado. Bush dijo en una entrevista que «una razón por la que las conversaciones fracasaron en el pasado es que no hubo participación por parte de los países vecinos».