Diario de León

Napolitano se reunió con los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado

El presidente de Italia busca una solución a la grave crisis política

Por el Palacio del Quirinal pasarán todos los partidos para diseñar el futuro sin Romano Prodi

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Antonio Lafuente - roma
León

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El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, abrió ayer consultas antes de decidir cómo resolver la crisis política abierta por la caída del primer ministro Romano Prodi, que se produce en una «delicada fase» en la historia del país. Los primeros en entrevistarse ayer con Napolitano en esa ronda de consultas, que durará hasta el martes, fueron el presidente de la Cámara de los Diputados, Fausto Bertinotti, y el del Senado, Franco Marini. En las próximas horas y días pasarán por el Palacio del Quirinal, sede de la jefatura del Estado, los representantes del grupo mixto, los líderes de los principales partidos políticos y los tres antecesores de Napolitano. El presidente de la República se enfrenta a un dilema: convocar elecciones con una ley electoral causante de la inestabilidad gubernamental, hasta el punto de que su propio autor, el ex ministro Roberto Calderoli, la tildó de «cerdada»; o nombrar un Gobierno de transición con el encargo de reformar el sistema electoral. «Creo que las fuerzas políticas deben pensar en los intereses generales, porque estamos en una fase delicada del país», afirmó Marini, antes de entrevistarse con Napolitano y cuyo nombre suena como posible responsable de un Gobierno de transición, eventualidad que él ha negado. Pero no sólo en el mundo político se piensa en esa fase delicada, el presidente de la patronal italiana, Luca Cordero de Montezemolo, pidió hoy estabilidad institucional al exigir que «antes de votar se redacte una nueva ley electoral que permita (...) limitar el poder de veto de los micropartidos». Fue uno de esos micropartidos, Udeur, el que, con el 1,4% de la representación popular, provocó ayer la caída de Prodi, tras retirar su apoyo a la coalición de Gobierno. El abandono del Ejecutivo se produjo apenas días después de conocerse que su líder, el democristiano Clemente Mastella, y su esposa, están siendo investigados por «corrupción política». A esa opinión sobre el momento difícil que atraviesa Italia se sumó el director del centro sociológico Eurispes, Gianmaria Fara, quien aseguró que es un país «secuestrado», «prisionero» y «asfixiado» por su clase dirigente. Por ello, solicitó un pacto nacional y un Gobierno de unidad con los que superar la profunda crisis. A esas opiniones dentro del país, se suman otras desde fuera, como la del comisario europeo español Joaquín Almunia, citado ayer por el periódico Corriere della Sera , que comentó la necesidad de que exista un Gobierno fuerte en un momento en que «hace falta tomar decisiones rápidamente para crear confianza en la economía».

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