La Comisión no le hace culpable de la mala gestión en el conflicto
Olmert sale indemne del informe final sobre la guerra del Líbano
La decisión le supone un alivio ya que su futuro dependía del grado de implicación
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, salió casi indemne de un informe sobre la guerra del Líbano de 2006 que se limita a señalar en abstracto los «graves errores» cometidos en la gestión política y militar del conflicto. La guerra, que desde el 12 de julio y hasta el 14 de agosto de 2006, enfrentó al Ejército israelí con la milicia chií libanesa de Hizbulá, fue una «gran oportunidad perdida» que «Israel inició y acabó sin resultar claramente victorioso», dijo el presidente de la comisión que realizó el informe, Eliyahu Winograd, quien evitó responsabilizar directamente a Olmert de ese fracaso. «Una organización paramilitar de pocos miles de hombres resistió durante semanas al Ejército más potente de Oriente Medio», y «lanzó durante toda la guerra andanadas de misiles contra la población civil israelí, sin que el Ejército aportara una respuesta efectiva», recordó Winograd, ex juez del Tribunal Supremo de Israel, en rueda de prensa en Jerusalén. El presidente de la comisión precisó que los «graves errores» en los niveles «político y militar» se dieron tanto en la «toma de decisiones», como en la «ausencia de un pensamiento estratégico» y en la «protección del frente interno». «La imagen global de la guerra es el resultado de una gestión deficiente en los ámbitos político y militar y su interconexión, o de una deficiente actuación del Ejército o una deficiente preparación de Israel», manifestó Winograd al leer las conclusiones del informe final de la comisión, de unas 500 páginas. En el documento se elude, sin embargo, criticar abiertamente a Olmert y al entonces ministro de Defensa, el laborista Amir Peretz, por considerar que ambos «actuaron desde una fuerte y sincera percepción de lo que pensaban que era el interés» de Israel. Los lideres políticos «ya pasarán el test público y político de su gestión del conflicto», recalcó Winograd, quien matizó que «el hecho de que no consideremos directamente responsables a personas, no significa que esa responsabilidad no exista». En el informe se estima que la controvertida decisión de lanzar el 9 de agosto, pocos días antes del fin de la guerra, una operación terrestre de envergadura en Líbano fue «acertada», aunque «no lograse sus objetivos militares» ni ayudase a Israel en el ámbito diplomático. Esta incursión «no redujo el fuego de (misiles) Katyusha (lanzados por Hizbulá contra territorio israelí) ni generó logros significativos, y tampoco está claro que permitiera acelerar o mejorar la solución política» al conflicto, con la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, dijo Winograd. Estas conclusiones suponen una bombona de oxígeno para Olmert, cuyo futuro político estaba amenazado después de que la oposición nacionalista y de derechas anunciara que pediría su dimisión si la comisión Winograd le declaraba sin ambages culpable de que Israel no se alzara con la victoria. Olmert salió mejor parado que en el informe preliminar de la comisión, presentado en abril de 2007, que le responsabilizaba, junto a Peretz y al entonces jefe del Estado Mayor, general Dan Halutz, del «fracaso» en la guerra.