Diario de León

El cara a cara de los candidatos demócratas ha sido el más visto en la historia del cable en EE.UU.

Obama y Clinton ocultan sus bazas enel debate pensando en el«supermartes»

La ventaja actual de la senadora de cara a esta fecha crucial se está viendo, poco a poco, reducida

Obama le comenta a Clinton al oído algún tema al final del cara a cara

Obama le comenta a Clinton al oído algún tema al final del cara a cara

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José Luis de Haro - nueva york
León

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El debate más visto de la historia del cable en Estados Unidos tuvo como protagonistas a dos de los demócratas más populares, Hillary Clinton y Barack Obama, que tras la salida de John Edwards de la carrera presidencial se enfrentaban por primera vez solos en un cara a cara televisado. Con más de 8.3 millones de espectadores y a la espera del conclusivo 5 de febrero, día en que una veintena de estados celebrarán caucuses y primarias, ambos candidatos liberales decidieron dejar a un lado el carácter agresivo de las pasadas semanas para dar paso a un idílico conflicto verbal. Desde el soleado estado de California, un jugoso pastel de delegados para los demócratas, Clinton y Obama tomaron el Kodak Theatre de Los Ángeles, lleno hasta la bandera con más de tres mil asistentes, como si de actores recogiendo el Oscar se trataran. Eso sí, en esta ocasión las diferencias quedaron a un lado y no hubo puñaladas traperas. Al menos eso quedó claro cuando el joven senador de Illinois tomó la palabra al comienzo del debate asegurando que «yo era amigo de Hillary antes de comenzar esta campaña y seguiré siéndolo cuando termine la batalla». Al mismo tiempo la senadora de Nueva York respondía afirmando que «sólo con mirarnos puedo decirte que no somos más de lo mismo» y que «cambiaremos este país», añadió. La artillería escondida Hechas las presentaciones y sin artillería pesada escondida estratégicamente, ambos candidatos, libreta en mano, comenzaron a contestar el bombardeo de preguntas por parte de los ciudadanos. Por supuesto, ambos participantes tardaron poco en manifestar sus diferencias en temas tan peliagudos como la guerra en Irak. Obama no dudó, una vez más, en echar en cara a la ex primera dama de EE.UU su apoyo a la invasión de Irak antes de que la aventura bélica encabezada por el presidente Bush. Además el senador también aseguraba que la mujer del ex presidente Clinton tampoco ha podido aferrarse a una salida de las tropas del país árabe. Sin embargo para Hillary, su posición por aquel estuvo «razonada» y la persona responsable de «ejecutar políticamente en la zona», no mostró sus capacidades de hacerlo, en clara referencia al presidente Bush. Obama se hizo el valiente asegurando que su impecable pasado anti bélico le convierte en el candidato adecuado para diferenciarse claramente del republicano John McCain y ofrecer un «contraste evidente». «no sólo quiero acabar con la guerra también quiero cambiar los sentimientos que nos llevaron reacciona de esta forma», dejó claro. Estas declaraciones se produjeron horas después de que el senador de Illinois anunciase haber recaudado sólo durante el mes de enero la escalofriante cifra de 32 millones de dólares con cerca de 170.000 nuevos donantes. Salud pública Clinton recalcó que Obama y ella difieren en temas relacionados con la salud pública, soluciones financieras que ayuden a salvar el crecimiento económico y en cómo gestionar las relaciones con los gobiernos extranjeros no afines. Aún no dudó en dar a conocer que ambos les invade el deseo compartido expulsar de la Casa Blanca a los republicanos. Cabe recordar que tanto Clinton como Obama han ganado las primarias en dos Estados. La ex primera dama tiene además otras dos fuertes victorias simbólicas en lugares donde Obama no ha hecho campaña. Tanto en California como en Nueva York -Estados incluidos en el 'supermartes'- la ex primera dama mantiene ventaja, pero Obama ha comenzado a pisarle los talons, un signo de que el 5 de febrero podría no definir esta lucha codo a codo, y que los dos tendrían que luchar hasta la convención nacional para erigirse como el líder liberal a la Casa Blanca.

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