Las tropas españolas en Afganistán matan por error a un civil afgano

Un ciudadano afgano falleció el pasado domingo a causa de una bala pérdida disparada por soldados españoles durante las labores de patrulla a un convoy de carburante, según informó ayer el Ministerio de Defensa, que calificó los hechos de mero «accidente». El suceso tuvo lugar sobre las 16:00 horas en una carretera de la localidad de Farah-Rud. Los uniformados españoles de la Fuerza de Reacción Rápida, junto a miembros del contingente italiano, daban protección a camiones cargados de combustible cuando un vehículo Toyota se aproximó en dirección contraria. Los militares, siguiendo las normas para prevenir atentados suicidas, hicieron señas para que el coche se apartara del convoy. Sin embargo, el turismo no se paró y se situó, a baja velocidad, en paralelo a la columna, por lo que los soldados realizaron varios disparos intimidatorios al aire y, luego, al suelo. La versión facilitada por Defensa asegura que una de las balas rebotó en la calzada y alcanzó a uno de los ocupantes del coche, que viajaba en el asiento trasero. El departamento que dirige José Antonio Alonso insistió este lunes en que los militares españoles en todo momento aplicaron las denominadas 'reglas de enfrentamiento' fijadas por la misión de la ONU en Afganistán, según las cuales de antes de abrir fuego contra un vehículo sospechoso de ser un coche-kamikaze se alerta con gestos, señales de luz y disparos de disuasión. Abrir fuego contra las personas es la última fase de este protocolo, a la que, según Defensa, no se llegó en el «accidente» de Farah-Rud, porque tras los disparos al suelo el turismo sospechoso se apartó del convoy. Las mismas fuentes recordaron que el vehículo resultaba especialmente sospechoso no sólo por el comportamiento del conductor, al no atender a las señales y continuar acercándose al convoy, sino por la propia marca del mismo, Toyota. Así, explicaron que existen informes de inteligencia sobre la posibilidad de que un vehículo de esa marca pudiera ser utilizado para atentar contra la ISAF, así como el antecedente de que también un Toyota fuera el coche utilizado en el atentado contra un vehículo de las tropas españolas en septiembre de 2007 en el que murieron dos soldados y un intérprete La Policía afgana se hizo cargo del caso tras el fallecimiento del civil. Los agentes registraron el vehículo, sin encontrar ni armas ni explosivos. Los mandos del contingente español en la base de Herat, que mantiene desplegados 700 soldados en Afganistán, se pusieron en contacto con la familia del fallecido para ponerse a su disposición.