Exteriores convoca al embajador ruso para pedir explicaciones por las declaraciones de Putin
Para el Gobierno español, Kosovo no es equiparablea Cataluña o el País Vasco Bono: «España no tiene por qué enviar tropas allí»
Fernández de la Vega reiteró el interés de que sea la UE la que adopte una posición conjunta del tema
El Gobierno no quiere ni imaginarse un escenario en el que la próxima independencia de Kosovo pueda ser utilizada en España por los nacionalistas vascos y catalanes para reforzar su discurso soberanista. El paso que va a dar en breve la todavía provincia serbia «no es en absoluto comparable con ninguna situación de este país», aseguró tajante este viernes la vicepresidenta primera. María Teresa Fernández de la Vega sostuvo tras la reunión del Consejo de Ministros que el Ejecutivo «no es partidario de las declaraciones unilaterales de independencia», y por esta razón trabajará «hasta el último momento» con los demás países de la Unión Europea para que esa decisión no se consume. Todos los indicios apuntan a que el Gobierno nacionalista albanés de Kosovo declarará su independencia de Serbia este fin de semana, y el domingo se perfila como el día más probable. La portavoz gubernamental, no obstante, solicitó no adelantarse a los hechos con la esperanza, vana según todas las informaciones, de que las autoridades kosovares den marcha atrás en sus intenciones. Fernández de la Vega indicó que la prioridad gubernamental es alcanzar una solución que «garantice la estabilidad regional» en los Balcanes y que respete «la legalidad internacional». La vicepresidenta admitió que el reconocimiento de la soberanía de un país es un asunto de «competencia nacional», pero España está empeñada en que la UE adopte una «postura común y activa». Una tarea difícil ya que los socios más importantes, Francia, Alemania y Reino Unido, además de Estados Unidos, gran valedor de la causa kosovar, ya han anunciado que reconocerán a Kosovo una vez que proclame su independencia, paso que también dará la mayoría de los Veintisiete. Enfrentamiento La postura española contraria al reconocimiento cuenta con el respaldo minoritario de países de segunda fila en el concierto europeo, como Chipre, Grecia, Malta y Eslovaquia. El Gobierno no se plantea, por ahora y siempre que se materialice el paso, establecer relaciones diplomáticas con un Kosovo independiente, donde mantiene un contingente militar de casi 600 soldados. Esas tropas, junto a otros 258 desplegados en Bosnia, se encuentran en situación de alerta moderada por lo que pudiera ocurrir. Aunque no prevé un estallido mayoritario de violencia, Defensa sí teme algún conato aislado de enfrentamiento entre miembros de distintas comunidades étnicas. El secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, convocó a mediodía al embajador de Rusia en Madrid, Alexander Kuznetsov, para pedirle explicaciones por las declaraciones de su presidente, Vladimir Putin, quien comparó el caso de Kosovo con el País Vasco. En esa entrevista, León expresó su «sorpresa» por lo manifestado por Putin, quien se opone de forma total a la independencia kosovar. «¿No les da vergüenza a los europeos utilizar dos varas de medir para solucionar las mismas cuestiones en diferentes regiones del mundo? ¿Para qué alentar el separatismo? La gente no quiere vivir en España en un Estado único, entonces apóyenlos allí», manifestó Putin en rueda de prensa. Su embajador pidió este viernes al Gobierno que no interprete esas declaraciones como una injerencia en la política española. El Ejecutivo teme que el la segregación kosovar sea utilizada por algunas fuerzas nacionalistas para avalar sus tesis independentistas. Fuentes gubernamentales admitieron que preocupa, sobre todo, el caso del País Vasco porque está gobernado por una coalición nacionalista en la que el lehendakari, Juan José Ibarretxe, muestra una deriva soberanista cada día más acusada y se ha reafirmado en sus planes de someter a referéndum el marco de las relaciones entre Euskadi y España. Fernández de la Vega no quiso comentar las palabras del presidente de Rusia, Vladimir Putin, sobre «el doble rasero» de algunos países que respaldan la independencia de Kosovo y mantienen actitudes jacobinas con territorios dentro de sus Estados. El ex ministro de Defensa José Bono dijo que es contrario a que «se impulse y se apoye la independencia de Kosovo» y cree que, si finalmente se declara la independencia, España no debe tener tropas allí. José Bono, que recordó que ha estado en Kosovo en dos ocasiones, manifestó que su opinión particular es que «la independencia de un país nuevo procedente de la antigua Yugoslavia probablemente no sea ventajosa ni ejemplar para el propio país». Bono relató que, una vez en Mostar, un catedrático que estaba de pastor le comentó que, cuando se exacerban los sentimientos de pertenencia y, a la vez, los de diferenciación entre los seres humanos y de exclusión de los diferentes, «se puede llegar como allí llegaron a la guerra». José Bono, que consideró que «a veces se pone el ejemplo de manera exagerada en lo que nos diferencia, y se levantan trincheras o fronteras de exclusión», añadió que «ya hay bastantes fronteras para que encima se levanten más». Respecto a la presencia de tropas españolas en Kosovo, Bono afirmó que él apoyará lo que diga el Gobierno, «sea este el que sea, en asuntos que afecten a la defensa y a decisiones adoptadas de acuerdo con resoluciones de Naciones Unidas y aprobadas por el Parlamento». No obstante, considera que si Kosovo se declara independiente, deberá ponerse su propio ejército, y añadió, en este sentido, que «España no tiene que enviar soldados allí para defender la independencia de un nuevo país, aunque sea una pequeña provincia».