Diario de León

Los críticos con el régimen albergan pocas esperanzas aunque creen que sin Fidel nada será igual

Los disidentes acogen con cautela la noticia y auguran «continuidad»

En la capital del exilio, Miami, los opositores festejaron en las calles la buena noticia

Los cuatro disidentes liberados que llegaron a España el domingo

Los cuatro disidentes liberados que llegaron a España el domingo

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C. Calvar - madrid
León

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Los disidentes cubanos asentados en España acogieron con cautela y con reservas la noticia de la retirada de Fidel Castro. No hubo en Madrid, a diferencia de lo que ocurrió en la capital del exilio cubano, Miami, festejos ni muestras de alegría en las calles. Para los críticos con el régimen, que Castro suceda a Castro equivale a «continuidad» en la isla, aunque admitieron que sin Fidel ya nada será igual. Los cuatro disidentes liberados el pasado sábado y enviados a España el domingo expresaron en rueda de prensa las pocas esperanzas que despierta en ellos el proceso. «No estamos seguros de que con Raúl esto vaya a cambiar», explicó el sindicalista Pedro Pablo Álvarez Ramos, para quien «hasta que no se reconozca el derecho cubano a decidir su futuro, no habrá cambios». José Gabriel Ramón Castillo, compañero de Álvarez Ramos en el llamado «grupo de los 75» presos detenidos y encarcelados en marzo de 2003, explicó que la marcha de Fidel supone «un cambio de poder nominal», pero no verdadero. El que fuera dirigente de Cuba durante medio siglo, señaló Ramón Castillo, «va a estar ahí, entre bambalinas», ocupando un puesto de consejero o asesor de la Revolución y «nadie le va a quitar su autoridad, porque en Cuba no hay nadie que la cuestione». El presidente de la Plataforma Cuba Democracia Ya, Rigoberto Carceller, señaló tras conocer la noticia que «no queremos dejarnos arrastrar por las emociones porque unos días antes de las elecciones ya anunció que dejaba paso a los jóvenes dirigentes, pero luego reapareció». Pequeña Habana En Miami, capital del exilio cubano, la decisión de Fidel Castro era festejada en las calles de la Pequeña Habana. Según la oposición en Cuba y en el exilio, las dificultades económicas y la falta de libertad marcan «el fracaso del régimen». Los enemigos de Fidel sostienen que aun con Raúl en el poder, se mantiene «una sistemática violación» de los derechos humanos. La oposición acusa al Gobierno de Castro de hostigamiento, violación de las libertad de prensa y de movimiento. Sus detractores aseguran que hay 240 presos políticos.

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