Cerrar
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

Creado:

Actualizado:

EL INFLUYENTE columnista Robert Novak urgía en el Chicago Sun la semana pasada al Partido Demócrata a buscar a alguien capaz de decirle a Hillary Clinton que tiene perdida la carrera por la presidencia y que cuanto antes lo deje, mejor. Novak es un ultraconservador y es imposible imaginarle votando a un demócrata, y el comentario no tiene otro valor que el de un desahogo destinado a agitar un cotarro mediático que vive al hilo de la fascinante campaña. Ya un 'neocon' explícito, William Kristol, había predicho que Obama no necesitaría ni llegar a Ohio y Texas para tener en el bolsillo la designación. Pero todo esto traduce una extendida convicción: la de que Barack Obama lo tiene todo a su favor para ser el candidato único y potente tras la crucial elección en Texas y Ohio el martes de la trascendental próxima semana. El debate de ayer en Cleveland no alteró esa previsión mientras se difundían nuevos datos que favorecen a Obama, como que ha alcanzado a Clinton entre el electorado liberal y los varones blancos. La última baza de Clinton es la política exterior: su equipo está difundiendo la opinión de que Obama no tiene ninguna experiencia en asuntos internacionales y de seguridad nacional y de que no podrá ejercer como comandante en jefe desde el primer día. No como ella, aunque algunos de sus críticos creen que ser la esposa de un experimentado ex presidente tampoco da esa condición. Entre tanto se acumulan los datos negativos para Clinton: Obama ha recuperado un diez por ciento de los hispanos tejanos, tan fieles a los Clinton, y ha rebajado mucho la diferencia favorable todavía a la senadora: menos de diez puntos en Texas y prácticamente un empate en Ohio, un estado muy parecido socialmente a Wisconsin, donde la victoria de Obama hace dos semanas sentenció el rumbo de la carrera. Pero, además de que los superdelegados (no elegidos) no se opondrán a la mayoría popular y tendrán en cuenta qué candidato es mejor para batir a McCain, la encuesta Ipsos del lunes es inequívoca: Clinton también podría ganarle (48-43) pero Obama mucho más claramente (51-41). Con este detalle demoledor: si, lógicamente, McCain obtiene el mismo porcentaje en cuanto a votos, la gran diferencia está en que, como es sabido, un número no desdeñable de demócratas solo votarán a Obama pero nunca optarían por Hillary Clinton.