Obama concluye la semana con una victoria clave de cara a la cita de Missisipi Cada estado que pasa adquieren más importancia los delegados
El senador demócrata Barack Obama terminó con buen sabor de boca una semana fatídica gracias a la victoria que logró la noche del sábado en Wyoming, que le permite recuperar fuerzas de cara a las elecciones del martes en Misisipi. Ni Wyoming, donde Obama logró siete de los doce delegados en juego, ni Misisipi, con 33 delegados, alterarán de forma sustancial la ajustada carrera demócrata, pero sí pueden ayudar al ganador a acumular impulso para las elecciones de abril en Pensilvania. Ese estado, en la costa este del país, enviará 158 delegados y 29 «superdelegados» (altos cargos y otros miembros del partido) a la convención demócrata de agosto en Colorado. Hillary Clinton parte como favorita para la cita de abril, la más importante de todas las primarias pendientes. De hacerse con ese trofeo, la campaña de la senadora podría aducir que la ventaja de Obama en número de delegados no es lo suficientemente amplía como para calificarla de victoria decisiva. Según el último recuento de CNN, Obama tiene 1.527 delegados y Clinton 1.428. Para obtener la candidatura, son necesarios 2.025 delegados, elegidos por voto popular en el proceso de primarias. A estas alturas ha quedado claro ya que es casi matemáticamente imposible que ninguno de los dos contrincantes alcance la cifra mágica, lo que probablemente dejará la decisión en manos de los alrededor de 800 «superdelegados». Ese selecto club, en el que hay ex presidentes y otras luminarias del partido, tiene voz y voto en la convención y la capacidad para cambiar de opinión en el último minuto. Obama sostiene que ha ganado la mayoría del voto popular y que tiene ventaja en número de delegados, que podría mantenerse hasta el final dado el sistema de reparto proporcional imperante. Según el senador afroamericano, los «superdelegados» no deberían contrariar la opinión mayoritaria de la ciudadanía. Hillary Clinton, mientras tanto, se esfuerza por reducir la diferencia con su oponente.