Diario de León
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

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AYER MIÉRCOLES llegó el quinto aniversario de la invasión de Irak y el escenario político local ahorra comentarios: ayer se abrió en Bagdad una conferencia nacional de reconciliación en la superfortificada «zona verde» donde cohabitan el gobierno, el parlamento y las embajadas americana y británica. No es posible celebrar un encuentro semejante en ningún otro lugar del país y, además, a la reunión van los hombres de Mohamed al-Sadr para ver qué sucede y sin intención de ayudar; el primer bloque sunní, Frente del Acuerdo, se presentó y se retiró de inmediato pretextando que la invitación recibida era ofensiva, y la Lista Nacional del ex primer ministro Iyad Alaui, un chií laico, no acude. Así pues, lo que hay en términos políticos en Irak es una alianza de hecho entre la mayoría shií ambigua (medio pro-iraní, medio pro-americana) que representan los dos grandes partidos, la Asamblea Islámica Iraquí del clan Hakim y Al Dawa del primer ministro Nuri al-Maliki, que es jefe de gobierno porque la Asamblea lo ha permitido, pese a ser mayor, y porque, hábilmente, prefirió ceder la aparente primogenitura y dedicarse a controlar los aparatos de seguridad desde su vieja milicia, las Brigadas al-Badr. Es cierto que hay un Parlamento elegido y libertad de prensa (con algunas excepciones, como la TV árabe Al Yasira, que vive de colaboradores locales y teléfonos móviles a falta de oficinas, cerradas por orden gubernativa) y que han bajado mucho las bajas de militares y civiles desde el 'refuerzo' de 30.000 hombres enviado por el Pentágono en junio pasado. Pero, además de que la violencia se ha incrementado en el último mes y vuelto a niveles preocupantes, todo el mundo sabe que la razón real es que el ejército del Mahdi (Mohamed al-Sadr) observa una tregua por razones de conveniencia táctica y porque, con un dineral en la mano, Washington ha sabido contratar a antiguos guerrilleros sunníes que han pasado a ser, de momento, un eficaz somatén pro-americano con nada menos que 80.000 efectivos eficaces. Este andamiaje es precario y es el pobre balance político-institucional que, al precio de unos 300.000 muertos, ha sabido dar a luz la invasión, hecha en nombre de la agenda 'neocon': la promoción de la democracia en Oriente Medio. En definitiva todo un panorama internacional que no permite, por mucho que se intente rentabilizar, sacar pecho de los esfuerzos realizados salvo por los cadáveres que allí han quedado.

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