Bélgica pone fin a su gran crisis con el acto de posesión del nuevo Gobierno
Con la toma de posesión de un nuevo gobierno de coalición, Bélgica cerró nueve meses de crisis política, en la que se llegó a especular con la disolución del país debido a las disputas territoriales, El líder democristiano flamenco, Yves Leterme, asumió el cargo de primer ministro de un Ejecutivo formado por otros 14 ministros y siete secretarios de Estado, en cumplimiento del pacto exigido por la compleja coalición de cinco partidos que sustenta al Gobierno. Leterme juró el cargo ante el rey Alberto II y después presentó su programa de gobierno ante las dos cámaras del Parlamento, donde tiene asegurada la confirmación -prevista para el sábado- gracias a la amplia mayoría de su coalición.
, afirmó el primer ministro al pedir la confianza a la Cámara de Diputados, en un intento de dejar atrás la crisis política y las conjeturas sobre una disolución del país. El acuerdo de gobierno supone aparcar, pero sin resolver, la disputa territorial, que será objeto de una negociación paralela que, en teoría, debe conducir a una reforma institucional que descentralice aún más el Estado Federal, tal como reclama Flandes, la región más rica y poblada del país. El traspaso de importantes competencias a las regiones, objetivo número uno de los partidos flamencos pero del que recelan los francófonos, envenenó durante meses las negociaciones y obligó a Leterme a renunciar dos veces (en agosto