Diario de León

En la UE nadie es ajeno a los intentos galos de buscar un nuevo socio

¿Toda una alianza contra Berlín?

El acercamiento francés a Londres iniciado por Sarkozy concita recelos en Alemania Brown no boicoteará los Juegos y

Sarkozy, muy sonriente y feliz , pasea de la mano de Carla Bruni

Sarkozy, muy sonriente y feliz , pasea de la mano de Carla Bruni

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Enrique Müller - berlínefe | londres
León

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Cuando solo faltan tres meses para que Francia ocupe la presidencia de la Unión Europea, Nicolas Sarkozy, escogió la ciudad de Londres y la exquisita Galería Real de la Cámara de los Comunes para dar a conocer una nueva estrategia, que tiene en estado de alerta a Berlín. Ante los diputados y los Lores del Reino, el presidente galo acabó con una tradición comunitaria no escrita al pedir una alianza privilegiada de su país con el Reino Unido y, al mismo tiempo, calificar el histórico eje franco-germano como «indispensable», pero no «suficiente». «La amistad franco-alemana es la base de la reconciliación europea, pero yo jamás he reducido la política europea de Francia a la sola amistad con los amigos alemanes. El eje franco-germano es indispensable, pero no es suficiente», dijo Sarkozy en un pasaje de su discurso, con el que quiso insinuar que los británicos serán, cuando Francia asuma la presidencia, sus aliados privilegiados. El Gobierno alemán, como es lógico, guardó silencio sobre el discurso de Sarkozy en la Cámara de los Comunes, pero algunos funcionarios sugirieron en privado que Sarkozy ha decidido darle la espalda a Berlín y reemplazar la vieja «entente cordial» con Londres, por una alianza fraternal más activa que permita a las dos capitales afrontar los desafíos del siglo XXI En los últimos diez meses, Sarkozy solo logró acumular tensiones en sus relaciones con la canciller, Angela Merkel, quien no ocultó su malestar por la indisciplina presupuestaria de Paris, las criticas del mandatario galo dirigidas al Banco Central Europeo y, más recientemente, la iniciativa de Sarkozy de dar vida a la Unión para el Mediterráneo, como un proyecto paralelo a la UE, dominada por Francia y que debía servir de contrapeso a la ampliación hacia el este de la UE, que ha beneficiado a Berlín. La idea de Sarkozy de buscar un nuevo socio estratégico en el seno de la UE no es nueva. Ya en 2005, Sarkozy señaló que el eje franco-alemán no podía excluir la amistad y la colaboración con otros países europeos de primer rango como Gran Bretaña, España o Italia. Desde el miércoles pasado, Europa sabe que Sarkozy eligió a Reino Unido, la otra potencia militar europea, miembro permanente, como Francia del Consejo de Seguridad y un país con el cual Sarkozy puede impulsar nuevos proyectos en el terreno de la energía nuclear y en el campo militar, dos aspectos en los cuales no puede avanzar con Berlín. Para poner en marcha la nueva «hermandad franco-británica» Sarkozy prometió en Londres aumentar el contingente de soldados galos en Afganistán, una exigencia estadounidense y británica, que Angela Merkel no puede satisfacer por problemas de política interna. «Indiferentes a su larga historia repleta de conflictos, Londres y Paris están forjando un nuevo eje europeo de poder, sin Alemania», señaló el periódico liberal Süddeutsche Zeitung en un editorial que tituló «Hermanos contra Berlín».

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