Diario de León

«Dos pollos por compra»

La huelga, que ha unido a terratenientes y pequeños productores contra la política gubernamental, se ha convertido en la primera gran crisis que sufre la presidenta argentina Cristina Fernández

Una carnicería de Buenos Aires  cerrada por falta de abastecimiento de alimentos en un mercado

Una carnicería de Buenos Aires cerrada por falta de abastecimiento de alimentos en un mercado

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Mar Marín - buenos aires
León

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«Sólo dos pollos por compra», advierte un cartel en un supermercado de Buenos Aires que, como otros de la competencia, agotó la reserva de carne y restringe la venta de alimentos básicos para frenar el desabastecimiento motivado por el conflicto agropecuario. Agotada la carne, las limitaciones en las ventas afectan al pollo, la leche, los huevos y otros productos básicos que empiezan a escasear en las grandes ciudades tras 15 días de huelga comercial de los productores agropecuarios, decididos a mantener el paro y los bloqueos en las carreteras contra el incremento de los impuestos a la exportación aprobado a mediados de mes. La huelga, que ha unido a terratenientes y pequeños productores contra la política gubernamental, se ha convertido en la primera gran crisis que afronta la presidenta, Cristina Fernández, blanco de dos noches consecutivas de «cacerolazos» en Buenos Aires y otras grandes ciudades. Fernández se ha mostrado hasta ahora inflexible, ignorando los insistentes llamamientos al diálogo formulados por dirigentes de su propio partido, el Justicialista (peronista), opositores, organizaciones sociales y hasta la Iglesia Católica. Pero desde Gualeguaychú, uno de los puntos más conflictivos de la protesta, en la frontera con Uruguay, el líder de la Federación Agraria provincial, Alfredo De Angeli, advirtió de que si el Gobierno «manda a la Gendarmería (para desbloquear el tránsito), que mande también las ambulancias. Nosotros no nos movemos». Mientras los productores agropecuarios mantienen varados miles de camiones en el interior del país, en las grandes ciudades los supermercados exhiben anuncios informando a sus clientes de que la carencia de alimentos se debe al conflicto y muchas carnicerías pequeñas, las más perjudicadas, han tenido que cerrar sus puertas por falta de mercancía.«Si aumenta el desabastecimiento, veremos a ver qué pasa, si interviene la Gendarmería y de qué lado está la gente», se quejaba una clienta indignada. La crisis de desabastecimiento podría estallar mañana, reconoció Carlos Martínez, presidente del Mercado Central de Buenos Aires, el granero de la capital argentina. «Los productores tienen muchos camiones parados por todo el país», lamentó Martínez, que admitió que se están produciendo «pérdidas cuantiosas de dinero» que, hasta ahora, nadie ha calculado. Las pérdidas no se limitan al sector agrario, afectan a las cadenas de distribución y venta, a empresas de transporte de mercancía y hasta a las compañías de ómnibus, que se han visto obligadas a suspender unos 600 servicios por los cortes de los piquetes rurales en las carreteras.

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