Diario de León

El Ejército del Mahdi es una organización paramilitar muy poderosa que escapa al control del gobierno

Las revueltas chiíes han dejado ya 300 muertos en seis días en Irak

Sadr insta a los milicianos a resistir a la ofensiva militar de Maliki en el país árabe

Un combatiente del Ejército del Mahdi apunta con un arma

Un combatiente del Ejército del Mahdi apunta con un arma

Publicado por
agencias | nayaf
León

Creado:

Actualizado:

El jefe radical Moqtada Sadr urgió ayer a sus seguidores a no deponer las armas, como les exige el primer ministro Nuri al Maliki en Irak, donde los combates sangrientos siguen extendiéndose. Poco después, Maliki repitió que estaba decidido a proseguir la ofensiva de las fuerzas iraquíes contra los milicianos chiíes en la localidad sureña de Basora, hasta que sean «castigados». El primer ministro consideró asimismo que aquellos que combaten al Ejército son «peores» que los extremistas de Al Qaeda, la nebulosa terrorista que ha echado raíces en Irak desde la invasión estadounidense de marzo de 2003. Desde el 25 de marzo, Basora, Bagdad y otras ciudades iraquíes son escenario de enfrentamientos entre los milicianos del Ejército del Mahdi de Moqtada Sadr y las fuerzas iraquíes, que cuentan con ayuda de las tropas estadounidenses. El movimiento sadrista, opuesto categóricamente a la ocupación estadounidense en Irak, acusa al primer ministro Maliki de actuar por cuenta de los estadounidenses y pide su dimisión. Reforzado por un apoyo popular considerable, exige además una mayor participación en las instancias de poder. Los combates han dejado ya más de 300 muertos en seis días de enfrentamientos en Bagdad y en el sur del país. En la ciudad de Basora, a 550 kilómetros al sur de Bagdad, donde estalló la violencia el pasado lunes por la noche, el número de víctimas civiles asciende ya a 125 y a 500 los heridos, según fuentes del Ministerio del Interior, que no ha ofrecido datos sobre la cifra de muertos pertenecientes al Ejército. Toque de queda Tanto en Bagdad como en Basora ha sido decretado el toque de queda para intentar controlar la violencia, aunque en algunas zonas los enfrentamientos continúan por sexto día consecutivo, sin que se vislumbre una solución política a corto plazo. El primer ministro iraquí rechazó ayer el diálogo con la milicia chií que ha comparado con Al Qaeda y ha calificado de «criminales y delincuentes», postura respaldada por el presidente de EE.UU., George W. Bush. Frente a la insistencia gubernamental de una solución armada, el grupo de Al Sadr ha instado reiteradamente al diálogo y a la búsqueda de una solución pacífica del conflicto. La milicia de Al Sadr, segunda fuerza chií de Irak, se había mantenido inactiva hasta el pasado lunes desde que en agosto de 2007 su líder se comprometió a no hacer uso de la violencia, lo que contribuyó a la mejora de la seguridad en el país. Acabar con el ejército de Mahdi Al Maliki, por su parte, se muestra firme en su voluntad de acabar definitivamente con el «Ejército del Mahdi» y en estos momentos se encuentra en Basora, donde ha ordenado actuar con determinación en contra de las milicias y ha asegurado que no abandonará la ciudad hasta que la situación esté totalmente controlada. Asimismo, el Gobierno ha dado un ultimátum a los milicianos de Al Sadr para que entreguen las armas antes del próximo 8 de abril. Los enfrentamientos entre el Ejército iraquí y la milicia chií estallaron el pasado lunes por la noche, coincidiendo con el comienzo de una operación de seguridad en Basora supervisada sobre el terreno por Al Maliki, bautizada con el nombre de «Carga de Caballería», con el objetivo de «imponer en la ciudad el imperio de la ley». Maliki no ha designado al movimiento sadrista como blanco de su operación en Basora, que supervisa personalmente, sino que asegura querer eliminar a los «elementos criminales».

tracking