OPINIÓN
División árabe y guerra civil
LAS numerosas ausencias en la cumbre anual de la Liga Árabe en Damasco es la demostración más palpable del momento tan delicado que vive el mundo árabe. Históricamente, la división entre gobiernos más conservadores como Arabia Saudí y más radicales como Siria se ha podido sobrellevar con cierta diplomacia y por intereses superiores, a pesar de la influencia de Estados Unidos, por un lado, y de la antigua Unión Soviética, por otro. Ahora, los árabes afrontan una crisis de gran calado porque el riesgo de una nueva guerra civil en Líbano crece por semanas y porque en Irak la lucha por el poder entre los chiíes ha desatado una guerra abierta en el sur del país. Cada día es más evidente la imperiosa necesidad de un acuerdo para alcanzar una política energética común en Europa. Un desafío clave para el futuro de la Unión en el que los políticos españoles deberían estar más activos.