El presidente de los EE.UU. ni siquiera citó a España al hablar de Afganistán
Las relaciones del Gobierno de Zapatero con la Administración Bush no parecen mejorar. En la última cumbre europea de Bruselas, el presidente afirmó en rueda de prensa que esta reunión de Bucarest sería momento para un encuentro de contenidos con el presidente norteamericano, que le había felicitado horas antes por su triunfo electoral. Ayer miércoles, sin embargo, Bush ni siquiera citó a España entre los países que tienen desplegados efectivos en Afganistán, cuando se refirió al esfuerzo aliado en el país, durante su discurso pronunciado en Constanza. «Muchas naciones de la OTAN -incluyendo al Reino Unido y Francia, Canadá, Dinamarca, Alemania, Noruega, Holanda, Italia y Turquía- desplegaron fuerzas para combatir a los terroristas en Afganistán y para expulsar a los talibanes del poder», dijo. El hecho de que España, un socio aliado relevante que tiene tropas desplegadas en el país asiático, aunque sometidas a limitaciones operativas como muchos otros aliados europeos, no fuera citado por el presidente norteamericano en su discurso, no puede ser considerado como un hecho accidental. Sobre todo si se considera la animosidad que la Casa Blanca alimenta por la retirada de las tropas españolas de Irak, ordenada por el presidente Zapatero en las primeras horas de su primer mandato. Dos velocidades Aunque la reticencia de muchos aliados europeos a implicarse más en Afganistán es una realidad, las alusiones nada veladas de Estados Unidos a una OTAN a dos velocidades, en función del compromiso de sus miembros, constituyen un alarmante toque de atención. Sobre todo si el presidente norteamericano no cita a un país presente en la misión, antes de afirmar que «En Afganistán, fuerzas de la OTAN y de muchas naciones asociadas honran sus uniformes y enorgullecen a sus países». El desacuerdo entre los miembros de la OTAN sobre la entrada de Macedonia en la organización y las aspiraciones de Ucrania y Georgia permanece, según anunciaron fuentes diplomáticas tras la cena de los ministros de Exteriores de los países aliados