El resurgimiento del reverendo Jeremiah Wright se ha convertido en el talón de aquiles del senador Barak Obama que, consciente de los renovados ataques de los republicanos, ha decidido distanciarse de su ex director espiritual. En un mitin pronunciado en Carolina del Norte ante unas 20 personas, el senador animó a sus seguidores a permanecer en calma y minimizar, en lo posible, la
que han supuesto las apariciones públicas, ampliamente televisadas, del pastor. Ayer, mucho más enérgico, Obama aseguró estar indignado por los comentarios que hizo el lunes el pastor, una figura muy cercana a su familia y a quien, hace sólo un mes, se negaba a repudiar. Pero las cosas han cambiado desde entonces. Ahora se ha hecho más patente que nunca que el reverendo y sus comentarios polémicos pueden llegar a herir de muerte las aspiraciones presidenciales de Obama.