Evo Morales no acepta la victoria del «sí» en la región de Santa Cruz en Bolivia
Los impulsores del referéndum autonomista para la provincia boliviana de Santa Cruz de la Sierra estaban felices la noche del domingo: proclamaron la victoria con más del 82% del censo electoral de 935.959. Pero el gobierno de Evo Morales dijo que la consulta además de inaplicable y había »fracasado« porque entre el »no« y la abstención» sumaban el 49 % del electorado. El mandatario ofreció a los gobernadores rebeldes dialogar sobre una «verdadera» autonomía, pero el cisma político entre centralistas y autonomistas que algunos equiparan a la división entre indígenas pobres y blancos ricos, se profundizó. Mientras cientos de personas se congregaban la pasada madrugada en la plaza 24 de septiembre de la capital santacruceña, o «cruceña» como prefieren llamarla quienes lo eligieron como gentilicio de la futura autonomía, para arropar a sus líderes y corear «Ya somos autónomos», Morales se dirigía al país desconociendo la victoria opositora pero ofreciendo a todos los prefectos a trabajar desde ahora «por una autentica autonomía que respete la nueva constitución». Para el ejecutivo el referéndum es «ilegal y separatista» porque no fue aprobado por las autoridades electorales nacionales. La oferta presidencial no impresionó a las exultantes autoridades provinciales, férreas opositoras del líder indígena que acabó con gobiernos tradicionales en el 2005. Enarbolando banderas bolivianas y las verdiblancas autonomistas, celebraron con fuegos artificiales y algarabía el triunfo del «si».