Diario de León

Continúan los enfrentamientos entre la mayoría gubernamental antisiria y la oposición de Hezbolá

El Ejército libanés advierte de que si es preciso usará la fuerza para pacificar

El jefe de la mayoría, Saad Hariri, afirma en un discurso que no cederá a la fuerza de las armas

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colpisa/afp | beirut

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El Ejército libanés decidió ayer recurrir a la fuerza si es necesario contra la presencia de hombres armados. Las fuerzas armadas continuaron con su despliegue, sin lograr impedir los enfrentamientos entre partidarios de la mayoría gubernamental antisiria y la oposición de Hezbolá. Una precaria calma se impuso este martes en Líbano, pero la oposición prometió continuar con su movimiento de «desobediencia civil», mientras que la mayoría en el poder aseguró que no cederá a la presión de las armas. «Algunos nos llaman a la mesa de negociación mientras nos apuntan con la pistola a la cabeza. Esto no se producirá, incluso si nos disparan a la cabeza», aseguró el jefe de la mayoría, Saad Hariri. Las declaraciones de Hariri fueron hechas en un momento en el que los medios de comunicación controlados por su familia comenzaron a emitir, después de que fueran clausurados la pasada semana por Hezbolá. Durante la noche del lunes y la madrugada del martes se registraron nuevos combates en Trípoli. A estos enfrentamientos siguió un nuevo despliegue del ejército en la periferia de los barrios sensibles del norte de la ciudad, donde se enfrentaron militantes suníes progubernamentales y alauitas, grupo disidente del chiismo pero leal al Hezbolá. Desde el sábado, las fuerzas armadas tratan de evitar que se extienda la violencia, que desde el 7 de mayo dejó 62 muertos y unos 200 heridos en el oeste de Beirut, en Trípoli y en la montaña drusa, al sureste de la capital. El diario An-Nahar , afín a la mayoría, explicaba que la decisión del ejército de recurrir a la fuerza es el resultado del compromiso de las diferentes partes por evitar que la situación escape a todo control, a la espera de los resultados de una mediación de la Liga Árabe, que el hoy envía a una delegación a Beirut. Más desobediencia La oposición, que prosigue con su movimiento de «desobediencia civil», mantiene sin embargo los retenes de carretera, especialmente en la que conduce al aeropuerto, al sur de Beirut, lo que impide de facto todo tráfico aéreo. También bloquea la carretera que lleva a la frontera con Siria, en el este. El ejército, tradicionalmente encargado de mantener el orden en Líbano, no había intervenido hasta ahora desde que estalló esta ola violencia, la más sangrienta desde la guerra civil (1975-90). Las divisiones en el seno del ejército libanés, mosaico de las diferentes comunidades que forman el país, habían conducido a su desmembramiento durante la guerra civil, antes de la desintegración del Estado.

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