Crece la tensión en la periferia de Nápoles contralos asentamientos de etnia rumana
La periferia de la ciudad de Nápoles, en el sur de Italia, ha vivido en los últimos días un aumento de casos de agresión contra asentamientos gitanos de origen rumano, que han acabado con la quema de algún campamento. La ola de agresiones se desató el pasado sábado, cuando una joven rumana de 16 años supuestamente entró en una casa de la periferia de Nápoles, en Ponticelli, e intentó secuestrar a un bebé de seis meses. La madre del bebé alertó del suceso y los vecinos del inmueble consiguieron frenar a la joven, que finalmente tuvo que ser protegida por los agentes de policía que habían acudido al lugar, ya que las personas que socorrieron al pequeño querían lincharla. Tres horas después del intento de secuestro, un joven rumano recibió una fuerte paliza y fue acuchillado en la espalda, mientras que el lunes tres personas prendieron fuego a la entrada de uno de los campamentos. La noche del lunes al martes un grupo de jóvenes lanzaron desde el coche cócteles molotov a otro asentamiento e incendiaron cuatro barracas, mientras que en otro campamento se registró una agresión con piedras. El martes, después de que el juez confirmara el arresto de la joven acusada del secuestro del bebé, tuvieron lugar nuevos ataques a los asentamientos, que obligaron a trasladar a todos los gitanos a un mismo campamento bajo protección policial. Ayer se ha trasladado a los gitanos a un nuevo emplazamiento del que no ha trascendido ningún detalle y se han registrado otros dos incendios en asentamientos abandonados.