El régimen militar prolonga durante un año más el cautiverio de la líder opositora birmana
La Junta Militar de Birmania (Myanmar), prorrogó ayer el arresto domiciliario a la líder del movimiento democrático y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, en cautividad desde hace cinco años. Suu Kyi fue informada de la decisión del Gobierno de prolongar otro año más la orden de arresto durante la visita que le hicieron un grupo de funcionarios del Ministerio del Interior, una horas antes de que expirara la medida, a medianoche del martes. El régimen militar, presidido por el general Than Shwe, aplicó de nuevo a Suu Kyi el acta de seguridad 10-B, que establece un periodo de detención de cinco años sin necesidad de juicio, aunque puede ser prorrogada por seis meses o un año, indicaron fuentes de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la formación que ella encabeza. Los generales han renovado periódicamente todos estos años pasados, el arresto domiciliario a Suu Kyi. La prolongación del arresto a Suu Kyi, considerada por muchos birmanos el símbolo de la democracia, fue adoptada por el régimen militar después de que la comunidad internacional se comprometiera a donar decenas de millones de dólares a Birmania para ayudar a los 2,5 millones de supervivientes del ciclón Nargis. El régimen militar, criticado por impedir la entrada de la ayuda internacional para los damnificados del delta del río Irawaddy, decidió tres semanas después del ciclón, abrir algunos resquicios para permitir la entrada de los cooperantes a la región en la que murieron y desaparecieron cerca de 134.000 personas. La medida de privación de la libertad a Suu Kyi sigue a la celebración de los dos tramos del referéndum sobre la Constitución, que según la Junta Militar, recibió el apoyo de más del 92% de los birmanos con derecho al voto.