El sábado en Washington se adopta la solución sobre las primarias de Florida y Michigan
Los demócratas se preparan a asumir la decisión salomónica sobre su candidato
Para Hillary, que no puede igualar a Obama en delegados, es su tabla de salvación final
La batalla por los delegados de Florida y Michigan, que Hillary Clinton ve como tabla de salvación para sus aspiraciones presidenciales, será una prueba de fuego para el Partido Demócrata que deberá tomar una decisión salomónica. El partido se reunirá el sábado en Washington para decidir qué hacer con los votos de Florida y Michigan, estados penalizados inicialmente sin poder enviar delegados a la convención de agosto por adelantar la fecha de sus elecciones primarias. Alcanzar una decisión que deje a todos contentos no será fácil. De hecho, el partido ha recomendado a los 30 miembros del Comité de Reglas que reserven habitación para la noche del sábado porque la reunión podría prolongarse hasta el domingo. Las normas demócratas señalaban que los comicios en esos dos estados no podían ser antes del 5 de febrero, pero Michigan convocó a sus votantes el 15 de enero y Florida lo hizo el día 29. El senador demócrata y aspirante a la candidatura presidencial Barack Obama optó por no incluir su nombre en las papeletas de Michigan y ni él ni Clinton hicieron campaña en Florida. La senadora por Nueva York ganó en los dos estados, a los que les correspondía enviar 368 delegados a la convención de agosto en Denver (Colorado). Clinton, que no podrá ni en el mejor de los escenarios alcanzar a Obama en número de delegados, sostiene que si se tiene en cuenta a Florida y Michigan sería ella la que ganaría el voto popular, Sus partidarios han convocado una manifestación el sábado en Washington bajo el lema de «Contad cada voto», para exigir que «todos» los delegados de Florida y Michigan asistan a la convención.