Ingrid Betancourt explicó que cuando fue capturada, la alternativa era una operación militar a «sangre y fuego»
«Bienvenida. Francia la quiere...»
Para Sarkozy la liberación de la política colombiana es un mensaje de esperanza
«Bienvenida. Francia la quiere y está feliz», dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a Ingrid Betancourt, quién manifestó que lloraba de alegría, al llegar ayer a una base militar cerca de París dos días después de ser liberada. «La esperábamos desde hace mucho tiempo. Toda Francia está impresionada de cómo vuelve, con esa sonrisa, esa fuerza», afirmó el jefe de Estado, que minutos antes la había abrazado, al igual que su esposa, Carla Bruni, al pie de la escalerilla del avión oficial en el que viajo desde Bogotá. «Llevo siete años soñando con este momento (...) Le debo todo a Francia», señaló Betancourt mirando a Sarkozy, al que tomó la mano y dijo que había luchado mucho por ella, antes de recalcar que la «extraordinaria» operación del Ejército colombiano que permitió su liberación también es «fruto de vuestra lucha». La ex candidata a la Presidencia de Colombia, de 46 años, liberada junto a otros 14, llegó con su familia, en un avión de la República francesa, al aeropuerto militar de Villacoublay, a las afueras de París. Betancourt se expresó junto a Sarkozy ante los micrófonos y, al final, se emocionó y, con voz entrecortada, dijo que en estos años había «llorado mucho de dolor e indignación» antes de concluir: «hoy lloro de alegría». «Hay mucho que decir. Lo diremos poco a poco. Ahora debemos tomarnos de la mano y disfrutar de esta felicidad», dijo. Para Sarkozy, la liberación de Betancourt es «un mensaje de esperanza» para todos de que «hay una luz al final del camino» y da «coraje a Francia» para movilizarse por causas tan justas como ésta. Evocó a los «verdugos y torturadores» que se portaron, dijo, «tan mal» con ella, que ahora está «aquí libre, radiante, con la vida por delante y su familia en torno suyo». Tras afirmar que «Francia es mi casa», Betancourt trasladó a los franceses el agradecimiento de todos los colombianos, «que son -añadió- felices por esta liberación y lo quieren compartir». La «extraordinaria, perfecta e impecable» operación del Ejército colombiano que «me permite estar hoy aquí también es el fruto de vuestra lucha», afirmó. Explicó que cuando fue capturada, la alternativa era una operación militar «a sangre y fuego»: «hubo una y dos rehenes murieron. Sabíamos que en un escenario así no tendríamos ninguna posibilidad de sobrevivir». «Los que lucharon por nosotros lucharon porque Colombia no hiciera una operación militar, porque hubiera una negociación con las FARC», que «siempre quisieron utilizarnos para sus fines políticos absurdos» y «ganar tiempo», señaló. Francia se oponía a una operación militar que pusiera en peligro la vida de los rehenes «y la mía en particular», recordó, antes de añadir que al final el Gobierno colombiano elaboró una «estrategia diferente, fruto de una reflexión común entre franceses y colombianos».