Los parlamentarios franceses deciden hoy sobre la reforma constitucional ideada por Sarkozy
Los diputados y senadores franceses están convocados hoy en Versalles, a las afueras de París, para refrendar la revisión de la Carta Magna impulsada por el jefe de Estado, Nicolas Sarkozy, y su Gobierno conservador, en una votación que se perfila muy ajustada. Desde Marraquech (Marruecos), donde descansaba desde el jueves con su esposa, Carla Bruni, Sarkozy ha multiplicado las llamadas a legisladores recalcitrantes de su partido conservador, la UMP, y sus aliados, para inclinar la balanza a su favor y evitar lo que sería visto como el primer gran fracaso de su mandato. Para ratificar el proyecto, ya aprobado por separado por las dos cámaras, se requiere el «Sí» de al menos tres quintas partes de los legisladores reunidos en Congreso en el Palacio de Versalles, un listón que la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y sus aliados no alcanzan por sí solos. De ahí los intensos esfuerzos de última hora de Sarkozy y su Gobierno para vencer las resistencias en las propias filas de la UMP, arrastrar al máximo número de centristas -que se perfila determinante-, e incitar a abstenerse a unos cuantos socialistas. Pese a las concesiones de última hora del jefe de Estado, los dirigentes del Partido Socialista (PS), de los comunistas y los Verdes dijeron esta semana que sus formaciones votarán «No». «Nunca un Congreso ha estado tan incierto», afirmó ayer el presidente de la Cámara de los diputados, Bernard Accoyer.