Los rebeldes musulmanes supeditan la paz al acuerdo con el Gobierno filipino
El Frente Moro de Liberación Islámica (Fmli) condiciona el cese de la violencia en el sur de Filipinas, que en nueve días ha causado cerca de cien muertos y el desplazamiento de más 200.000 personas, a la firma del acuerdo establecido con el Gobierno en julio. El jefe del equipo negociador de esta organización musulmana separatista, Mohagher Iqbal, indicó a la cadena de televisión ANC que los enfrentamientos «no continuarán, por lo que corresponde al Fmli, si se firma el memorando». «Pero si no se rubrica, si la firma se demora, no puedo ofrecer garantías (del cese de las hostilidades)», manifestó Iqbal, quien aseguró que su grupo desaprueba la violencia que protagonizan elementos del Fmli en las provincias de Cotabato del Norte, Lanao del Norte y Sarangani. El documento que el Fmli quiere sellar es el memorándum de entendimiento sobre las «tierras ancestrales» del Bangsamoro (pueblo musulmán), el último capítulo de las negociaciones de paz y que versa sobre el territorio que gobernarán. Más tropas Por su parte, el Ejército ha aumentado el despliegue de tropas en la región del sur de Filipinas para reforzar la seguridad y perseguir a los rebeldes musulmanes que la víspera mataron a 31 civiles en dos localidades pobladas por católicos, indicaron fuentes militares. Varios cientos de guerrilleros del Frente Moro de Liberación Islámica la mayor organización secesionista de Filipinas, atacaron el lunes los pueblos de Kauswagan y Kolambugan, en las provincia de Lanao del Norte, a unos 800 kilómetros al sur de Manila, la capital. Los insurgentes saquearon, incendiaron las casas y comercios, y secuestraron al menos a una decena de personas, de acuerdo a fuentes de la comandancia militar regional. El segundo jefe del Estado Mayor, teniente general Cardoso Luna, afirmó que el Ejército ha enviado tropas de refuerzo a la región para perseguir a los rebeldes, que se cree han buscado refugió en los bosques. «Hemos liberado las localidades. Ahora está en marcha la operación de persecución, que no detendremos hasta que consigamos capturarles», señaló el teniente general Luna. A raíz de las hostilidades en Lanao del Norte, cerca de 44.000 personas que abandonaron sus hogares han sido acogidas en centros públicos de las ciudades de Ozamiz y Iligan.