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Los talibanes paquistaníes del valle de Swat asumieron la responsabilidad de las explosiones

Una nueva ola de violencia en Pakistán se salda con la muerte de 50 personas

Mientras continúa un duro regateo político por la sucesión del destituido presidente Pervez Musharraf

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efe | islamabad

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Mientras continúa un duro regateo político por la sucesión de Pervez Musharraf, Pakistán sufrió ayer una nueva jornada de violencia con medio centenar de muertos en atentados talibanes y en combates del Ejército contra la insurgencia. La jornada fue especialmente sangrienta en el valle septentrional de Swat, donde se registraron sendos atentados contra dos puestos policiales, que causaron entre seis y 18 muertos, según las distintas fuentes. Un terrorista lanzó un vehículo cargado de explosivos contra el puesto de policía de Charbagh, a unos 10 kilómetros al norte de Mingora, la cabecera del distrito de Swat. La explosión fue tan potente que destruyó también viviendas y tiendas de las proximidades, dijo una fuente de la Policía local citada por la agencia oficial APP, que cifró las víctimas mortales en seis, de ellas tres policías. La cadena Geo TV elevó a nueve el número de muertos, siete de ellos policías, y dijo que había también 23 heridos que fueron trasladados a hospitales cercanos. El líder del gubernamental Partido Popular (PPP) y viudo de Benazir Bhutto, Asif Zardari, condenó el «ruin ataque» en un comunicado, en el que dijo que 15 policías habían resultado muertos. «Semejantes ataques no disuadirán al Gobierno de extirpar las raíces de la militancia y el extremismo» en Pakistán, advirtió Zardari, probable candidato del PPP a la Presidencia de Pakistán que Pervez Musharraf abandonó el pasado lunes. El portavoz de los talibanes paquistaníes del valle de Swat, Muslim Khan, asumió la responsabilidad del ataque. Un segundo atentado Un segundo atentado se registró en la zona de Abuha, también en el valle de Swat, en el que un puesto policial que se encontraba vacío fue destruido con explosivos detonados por control remoto. Tres personas, entre ellas dos niños que jugaban en la zona, fallecieron en este ataque y varias más resultaron heridas, según coincidieron todas las fuentes. Tras los atentados, el Ejército volvió a enzarzarse en combates con los talibanes de Swat, en la conflictiva Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP). Los enfrentamientos se registraron en Kabal y causaron al menos 30 muertos entre los insurgentes, según el Ejército, aunque los talibanes negaron este extremo. Una fuente que la cadena Geo TV no identificó aseguró que en los combates murieron tres miembros de las fuerzas de seguridad y cinco talibanes, así como también una niña. De acuerdo con esta versión, otros seis civiles, entre ellos tres menores, resultaron heridos. Los combates entre el Ejército y la insurgencia se reprodujeron también en la demarcación tribal de Bajaur, donde más de 600 personas han muerto en los últimos 15 días de operación militar. Nueve civiles resultaron muertos al ser alcanzada su vivienda por fuego de mortero en la zona de Khar, en Bajaur, según la cadena «Dawn».