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| Crónica | ¿Una decisión acertada? |

El estratega de la convención

Steve Schmidt es responsable de cómo los republicanos intentar conquistar a la opinión pública difundiendo la imagen de un McCain que antepone los intereses de la nación a los propios

Publicado por
Teresa Bouza - washington
León

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Cuando el pasado fin de semana la inminencia del huracán Gustav puso a los republicanos ante la tesitura de qué hacer con su convención, Steve Schmidt fue uno de los principales responsables de decidir qué mensaje lanzar. Los republicanos anunciaron que suspenderían gran parte de las actividades festivas que rodean la convención y considerarían acortar o cancelar el evento si Gustav se convertía en una tragedia humanitaria. La imagen contribuyó a reforzar el lema central de la campaña de McCain para la presidencia de EE.UU.: el senador por Arizona antepone los intereses de la nación a los suyos propios. Ese es el mensaje que han repetido con machacona insistencia en los últimos dos meses los subordinados de Schmidt, el hombre que dirige la estrategia diaria de comunicación de la campaña de McCain. Tiene sólo a una persona por encima de él, Rick Davis, el director general de la campaña, responsable de la convención . El resto de miembros de la campaña rinden cuentas al temperamental estratega jefe de McCain. De algo más de un metro ochenta de altura y unos 100 kilos de peso, Schmidt llama la atención por su puntiaguda cabeza rapada. Ese rasgo de su apariencia y el rápido y certero ataque a sus rivales políticos le han valido el sobrenombre de «la bala». Su dominio del ataque político quedó patente en 2004, cuando ayudó a orquestar una implacable campaña contra el entonces candidato demócrata, John Kerry.