Los choques se producen un día después de que Evo Morales decidiera remodelar su Gobierno OPINIÓN
Una nueva revuelta popular divide más si cabe a la sociedad boliviana Misterios del mercado
Los campesinos que apoyan al presidente anunciaron que bloquearán y cercarán la ciudad
Grupos de opositores al presidente de Bolivia, Evo Morales, tomaron y saquearon ayer varias instituciones del Estado en la ciudad oriental de Santa Cruz en una jornada marcada por la violencia, según informaron medios locales. Durante todo el día las calles de la capital cruceña fueron escenario de enfrentamientos violentos entre los grupos opositores y las fuerzas de seguridad del Estado, que tuvieron que replegarse ante la presión de los manifestantes. Los opositores, la mayoría jóvenes y pertenecientes a la radical y autonomista Unión Juvenil Cruceña, ocuparon y saquearon las oficinas públicas de impuestos internos, la del Instituto de Reforma Agraria (Inra) y la sede de la empresa estatal de telecomunicaciones Entel, nacionalizada por Morales el pasado mayo. En este último caso, los manifestantes dañaron la fachada del edificio y organizaron barricadas con fuego a las puertas de estas oficinas. En estos enfrentamientos se pudo ver al menos a un militar y varios jóvenes heridos, además de algunos manifestantes exhibiendo en las calles las armas que habían arrebatado a los agentes de seguridad. Los autonomistas también ocasionaron destrozos en la sede de la organización no gubernamental Centro de Estudios Jurídicos e Investigaciones Sociales (Cejis), especializada en temas campesinos y para la que han trabajado varios miembros del gabinete de Morales. Según medios de comunicación locales, los grupos opositores cruceños también han bloqueado los accesos del Aeropuerto Internacional de Viru-Viru. El otro aeródromo de Santa Cruz, El Trompillo, se encuentra militarizado. Apoyo a Morales Por su parte los sindicatos campesinos que respaldan al Gobierno boliviano anunciaron que bloquearán carreteras y cercarán la ciudad oriental de Santa Cruz, donde los grupos de oposición saquearon oficinas estatales. El dirigente de los productores de coca Julio Salazar anunció a los medios de Cochabamba (centro) que «ha terminado la paciencia» de los movimientos sociales con los grupos opositores que, a su juicio, han lanzado «un golpe» de Estado, como sostiene el Gobierno. Los choques ocurridos en Santa Cruz se han producido un día después de que Morales decidiera remodelar su Gobierno con el cambio de cinco ministros. DECIDIDAMENTE EL mercado del petróleo es para iniciados: ayer, en cuanto se supo que la OPEP anunció que rebajaba su producción diaria en 520.000 barriles diarios, el precio, en baja sostenida desde hace cuatro meses, subió unos tres dólares y se esfumó la posibilidad de fijarlo por debajo de los anhelados cien dólares. Y, sin embargo, no hay razones objetivas para que tal cosa ocurra: las economías importadoras están al borde de la recesión o con fuertes caídas de su PIB, no hay tensiones geopolíticas nuevas o inminentes y hay petróleo abundante y disponible. Lo único ya realmente decisivo será, cuando toque, observar qué sucede con el crecimiento casi exponencial de las economías de China y la India, devoradores incansables de crudo y principales responsables indirectos del auge inconcebible de los precios. Llamó la atención el modus operandi de la OPEP en su sede Viena porque ya con el martes concluido y circulando la información de que la organización mantenía su nivel de oferta (y así apareció en la prensa escrita) algo debió suceder en la madrugada y el presidente de la misma y ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, anunció el imprevisto corte en algo más de medio millón de barriles diarios. El ministro aclaró algo notable desde el punto de vista técnico y es que la propuesta, de 28,8 millones de barriles/día, incluye los aportes de Ecuador y Angola, nuevos socios y sigue dejando fuera a Iraq, cuya exportación sigue aumentando poco a poco y está al margen por obvias razones de su situación política y militar. Con todo, nada de esto explica el corte ni su correlato, la subida de casi cuatro dólares. Además, la OPEP hace mucho que no es lo que era en los sesenta. Bombea algo menos del 40% del total mundial de crudo extraído y, de hecho, solo la presencia activa en su seno de Arabia Saudí, que extrae más o menos un tercio del total y provee realismo a la organización, explica su peso y su valor de referencia. En realidad, si no existiera la OPEP y la oferta fuera la que es, es decir, la que el mercado requiere y puede pagar, el precio sería sustancialmente el mismo con la ventaja de que los cambios en la oferta oficial no producirían alzas como la de ayer, poco explicable. Tal vez por eso el petróleo seguirá bajando si la crisis económica se profundiza. Con o sin la voluntad de los productores.