Atribuyen la matanza de 24 personas en México a los narcotraficantes
El Fiscal general de México, Eduardo Medina Mora, dijo ayer que la matanza de 24 personas perpetrada en un bosque en las cercanías de la capital responde probablemente a disputas o ajustes de cuentas entre bandas del crimen organizado. Medina explicó al término de un acto celebrado en Ciudad de México, que no hay indicios de que las víctimas sean policías o militares, como se barajó en algunas versiones en las últimas horas. «No tenemos ningún elemento para presumir que las personas asesinadas pertenezcan a algún cuerpo policial o de seguridad del Estado», dijo el titular de la Procuraduría General de la República. El caso del múltiple asesinato, «en razón de la relevancia del hecho y del calibre de las armas utilizadas» está ya en manos de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo, dependiente de la Fiscalía federal), añadió Medina, aunque los servicios forenses del estado federado de México, en cuyo territorio sucedió, colaboran en el caso. Un portavoz de la Procuraduría General de Justicia de ese estado explicó ayer que los cadáveres han sido trasladados al municipio de Lerma, donde se trabaja en su identificación. Para Medina Mora la matanza «no puede sino responder a las disputas que, sobre todo en esta región, mantienen organizaciones de delincuencia organizada», en su mayoría ligadas al narcotráfico. «El tiro de gracia» El paraje donde los cadáveres fueron encontrados por campesinos la tarde del viernes es una zona boscosa en San Pedro Atlapulco, en Ocoyoacac, cerca de la zona de esparcimiento conocida como La Marquesa, por la que pasa la carretera México-Toluca, a unos 30 kilómetros de la capital. El organismo judicial aclaró que ninguna de las víctimas fue decapitada, como circuló en algunas primeras versiones de los hechos, y que se confirmó que todas tenían el «tiro de gracia» característico de enfrentamientos o venganzas entre narcotraficantes. Varios diarios recordaron ayer la magnitud del hallazgo de la noche del viernes, y Excelsior lo consideró como «la peor ejecución múltiple en por lo menos diez años» en México, sólo superada por la matanza de 45 indígenas en Acteal, estado de Chiapas, de diciembre de 1997.