Brown marca la línea divisoria con las ideologías conservadoras
«En estos tiempos inciertos, debemos ser y seremos una roca de estabilidad y justicia sobre la que el pueblo pueda apoyarse», dijo ayer el primer ministro Gordon Brown, en un discurso a la conferencia anual del partido Laborista, que marcó la dirección de su Gobierno en los próximos meses y la línea divisoria con las ideologías conservadoras. El líder británico viajará hoy a Nueva York para presentar propuestas que reformen el sistema financiero internacional y eviten nuevas turbulencias. Brown enunció solamente los principios en los que debe basarse la reforma: transparencia, prudencia, responsabilidad, integridad, supervisión global equiparable. Lo ocurrido en las últimas semanas, según Brown, ha deparado un momento decisivo para la política internacional y la respuesta que se requiere es un nuevo consenso, «en el que los premios van para aquello que realmente importa: el trabajo duro, el esfuerzo y la iniciativa». El primer ministro británico quiso fijar en el contexto de lo ocurrido en los últimos días una barrera para separar al laborismo de los conservadores, porque, en la política doméstica británica, la percepción común es que los partidos han convergido y son crecientemente indistinguibles.