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Los senadores inmersos en la campaña presidencial, Obama, Biden y McCain se mostraron a favor

Bush telefoneó a senadores, uno por uno, buscando apoyos a su plan

El líder norteamericano recalca que en el texto se han añadido medidas en favor de los contribuyentes

Bush, en un momento de su comparecencia para abordar la situación económica de los Estados Unidos

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efe | washington

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El presidente de EEUU, George W. Bush, intensificó ayer su campaña de presión para que el Senado aprobase su propia versión del plan de rescate financiero, que incluye alivios fiscales y medidas de apoyo al ciudadano, lo que también apoyan los candidatos a la Casa Blanca. Al cierre de esta edición comenzaba el debate. Bush se dedicó ayer a telefonear a los senadores más reticentes para convencerles de la necesidad de apoyar el plan de intervención de 700.000 millones de dólares, dijo su portavoz, Tony Fratto. «Estamos impacientes por ver el debate (en el Senado), y creo que habrá un apoyo muy fuerte al plan», añadió Fratto, en referencia a la votación prevista para ayer en el Senado. En caso de que sea aprobado, el plan podría ser votado hoy, jueves, en la Cámara de Representantes. Los tres senadores que están inmersos en la campaña presidencial, los demócratas Barack Obama y Joseph Biden, y el republicano John McCain, dejaron por unas horas sus actividades electorales y se desplazaron ayer a Washington para participar en la votación. Todos ellos se mostraron a favor y presionaron a sus colegas para que mostrasen su aprobación al plan. El rechazo del lunes La Cámara Baja rechazó el lunes de forma inesperada el multimillonario plan de rescate, lo que desencadenó el desplome de las bolsas mundiales. Todos los miembros de la Cámara de Representantes deben presentarse a la reelección el 4 de noviembre, y muchos de los que votaron en contra el lunes argumentaron que habían recibido cientos de correos electrónicos de votantes de sus distritos rechazando el plan. El plan que fue votado ayer fue modificado para hacerlo más digerible, sino porque sólo un tercio de los 100 escaños de esta Cámara está sometido a renovación en las elecciones de noviembre. Es decir, la presión ciudadana sobre los senadores es mucho menor que sobre los representantes. La versión del plan de rescate que analizada por el Senado contiene una medida para evitar que la clase media y los pequeños empresarios se vean afectados por el «impuesto mínimo alternativo», lo que supone, en realidad, un alivio fiscal. «La medida provocará inmediatamente la creación de cientos de miles de puestos de trabajo en Estados Unidos», dijo ayer el líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid. Además, el texto incluye, entre otras medidas, incrementar de 100.000 a 250.000 dólares las garantías que se aplican a los depósitos que los particulares y las pequeñas empresas tienen en los bancos, en caso de que la entidad entre en quiebra. Esta medida tiene una gran importancia para los bancos pues evita la fuga de depósitos que se está produciendo de las pequeñas a las grandes entidades, ante la sensación que tienen los clientes de que su dinero estará allí más seguro.