Los candidatos rehacen el tablero
Al cumplirse un mes para las elecciones del 4 de noviembre, Barack Obama tenía algo que celebrar con su esposa: 16 años de casados, y tres estados clave para llegar a la Casa Blanca que por primera vez aparecen en la columna demócrata de las encuestas (Michigan, Forida y Missouri). El restaurante elegido para la celebración era Spiaggia, un italiano muy premiado en la llamada Milla Magnífica de Chicago. La petición del candidato a la prensa como regalo de aniversario, «una velada tranquila», rogó. «No tener el pool de cámaras ahí fuera para que todo el mundo sepa que estamos aquí». Su ruego no tuvo eco. A 30 días para las elecciones más importantes de la historia, como claman ambos candidatos, hay que concentrar esfuerzos. Ni Obama ni John McCain pararán por Nueva York o Califonia si no es para recaudar fondos o acudir al último debate presidencial que se celebrará en Long Island el día 15. No sobra tiempo ni dinero, por eso la dirección del restaurante también daba una pista: Avenida Michigan. Ahí es donde McCain acaba de cancelar un acto previsto para la semana que viene. Sus anuncios han desaparecido del aire. El personal y el dinero serán redistribuidos entre Pensilvania, Wisconsin y Maine.