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| Reportaje | Otro ejemplo de ciudadano medio |

El «mayor» fan de Obama Joe, el fontanero, centro del debate electoral

De origen ucraniano, aunque nacionalizado estadounidense, Igor Vovkovinski ha entrado a formar parte de la galería de celebridades mediáticas de la campaña electoral por sus 2,38 metros de estatura

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efe | washington

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El joven Igor Vovkovinskiy, de origen ucraniano aunque nacionalizado estadounidense, se ha convertido en el mayor fan de Obama, no sólo por su pasión por el candidato demócrata a la Casa Blanca sino por sus 2,38 metros de estatura. A sus 26 años, Vovkovinskiy ha entrado a formar parte de la galería de celebridades mediáticas que han aparecido a lo largo de la campaña electoral, como «Joe el fontanero», que salió a relucir en el tercer debate presidencial y que ambos candidatos citaron como ejemplo del ciudadano medio. Vovkovinskiy muestra al mundo su sentido del humor vistiendo una camiseta que dice World's Biggest Obama Supporter ( El mayor admirador de Obama en el mundo ), en la que haciendo un juego de palabras se declara el mayor o el «más grande» -traducido literalmente- seguidor del senador de Illinois. «Mi camiseta es mi pequeña aportación -mi pequeña gran aportación- para ayudar a que Barack Obama salga elegido», ha dicho Vovkovinskiy a la prensa local. Según The Seferm Post, Vovkovinskiv padece gigantismo pituitario y viajó con su madre a Estados Unidos en 1986 para ser tratado en la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota), donde reside actualmente y es voluntario en el «cuartel general» electoral del candidato demócrata. Allí trabaja seis horas al día respondiendo el teléfono, distribuyendo propaganda política y manteniendo la base de datos al día. «Me gusta hablar con la gente que tiene los mismos ideales que yo», explicó. «Me encanta escuchar sus ideas y su esperanza de que las cosas puedan cambiar finalmente». Este ferviente defensor del senador de Illinois, según el diario The Post Bulletin de Minesota, asiste regularmente a los mítines políticos y no le importa utilizar su altura si eso contribuye a dar al candidato una ventaja política. Desde que Richard Nixon formase un equipo de agentes encubiertos bautizado como «Los plomeros» para que se ocuparan del goteo de información clasificada a los medios, no ha habido en EE UU un fontanero más famoso que el que John McCain lanzó al estrellato el miércoles por la noche. El fontanero de Ohio se encontró en boca de los dos candidatos presidenciales al poco de empezar el tercer debate presidencial, y antes de que acabase ya tenía tres camiones satélite en la puerta de casa, turnándose las entrevistas. Su nombre salió 24 veces en el debate, o sea, 14 más que el del presidente Bush, así que no es de extrañar que al final McCain hablase de él como «mi viejo amigo Joe», aunque nunca le haya conocido. «¡Tío, esto es surrealista, mi nombre mencionado en una campaña presidencial!», dijo en su primera entrevista. Y al día siguiente ya daba ruedas de prensa. Estrechando manos Nada parecía más importante que ganarse el voto de Joe, al que ambos hablaron directamaente a la cámara «por si está ahí fuera», dijo Barack Obama. El fontanero elegido por McCain para atacar su plan fiscal le conoció el domingo pasado, cuando jugaba al fútbol con su hijo en la puerta de casa y el candidato demócrata apareció estrechando manos. «Los vecinos estaban ahí fuera haciéndole preguntas y yo pensé que no eran lo suficientemente duras, así que fui para allá». El resto lo contó McCain en el debate. «Joe quiere comprar el negocio para el que ha estado trabajando todos estos años 10 o 12 horas al día, pero cuando ha mirado tu plan fiscal ha visto que va a tener que pagar impuestos mucho más altos». La prensa ya ha hecho las cuentas y hasta ha descubierto que Joe Wurzelbacher no está al día con el fisco. Él reconoce que todavía no llega al tramo fiscal de los 250.000 dólares anuales en el que pasaría de pagar del 36% al 39% de impuestos, como el 90% de los negocios según Obama. Pero a Joe le parece que ése es «un terreno muy resbaladizo», contó a la CBS. «¡Votar por alguien que decide que si ganas 250.000 eres rico !». La respuesta de Obama de que «a nadie le gusta pagar impuestos» pero «hay que redistribuir la riqueza» para que todos puedan lograr el sueño americano.

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