El ex secretario de Estado dijo del demócrata que puede ser un «presidente excepcional»
Obama ofrece a Powell un «papel» en su administración si gana las elecciones
Los analistas debaten el impacto que puede tener el apoyo del ex militar a 15 días de las elecciones
El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, agradeció ayer al ex secretario de Estado Colin Powell su respaldo al ofrecerle que sea uno de sus asesores si gana las elecciones. «Tendrá un papel como uno de mis asesores», dijo ayer Obama en una entrevista con la cadena de televisión NBC. «Tendríamos que discutir si quiere tener un papel formal, si eso es algo que le conviene», dijo el demócrata del ex general retirado, quien se refirió el domingo a Obama como una «figura transformadora» y un político con el potencial de ser un «presidente excepcional». El secretario de Estado durante el primer mandato del actual presidente George W. Bush denunció, por otro lado, algunas de las tácticas negativas utilizadas por la campaña del candidato republicano John McCain. Criticó, también, la selección de Sarah Palin para la vicepresidencia, al argumentar que no está «preparada para ser presidente» y sustituir a McCain si fuera necesario. El respaldo del ex jefe de la diplomacia estadounidense y ex jefe del Estado Mayor Conjunto a la candidatura de Obama fue objeto ayer de debate político entre los analistas del país que tratan de determinar el posible impacto de ese apoyo a sólo 15 días de la cita con las urnas el próximo 4 de noviembre. Para la revista Politico es posible que «ayude a Obama a convencer a los escépticos de centro que dudan de que esté preparado para hacer frente a los desafíos del puesto de comandante en jefe, al tiempo que resta fuerza al argumento de McCain de que él está mejor preparado en los temas de seguridad nacional». Similar percepción comparte Jeff Zeleny, del diario The New York Times , quien apunta que el apoyo de Powell «podría impulsar a Obama entre los independientes, los moderados y los republicanos y neutralizar las preocupaciones sobre su experiencia». Para el diario The Wall Street Journal la noticia representa «la última señal de que el Partido Republicano se está fracturando ante la presión a la que se ve sometida la campaña». Obama lidera las encuestas de intención de voto a nivel nacional y va en cabeza en algunos de los estados que se prevé resulten clave el 4 de noviembre como Virginia o Colorado. Su ventaja, de todos modos, se ha reducido en los últimos días y el propio Obama adelantó ayer que la carrera podría estrecharse aún más: «Creemos que la carrera será cada vez más ajustada», dijo el demócrata en una entrevista televisiva. «Eso es lo que ocurre en el tramo final de la campaña», añadió. En ese contexto, Mark Halperin, de la revista Time , destaca que la ventaja «indiscutible» de Powell aborta cualquier posibilidad de que McCain pueda ganar el ciclo informativo en los próximos días, que se centrará, según el columnista, en las repercusiones del apoyo de Powell. McCain restó importancia a la noticia, al decir que se esperaba, e insistir en que él ha recibido el respaldo de otros cuatro ex secretarios de Estado republicanos. Influyentes comentaristas conservadores como Rush Limbaugh minimizaron también el apoyo y distintos republicanos lo vincularon con una revancha de Powell por sus tensas relaciones con Bush. Historial «manchado» Powell fue una de las voces más moderadas durante el primer mandato de Bush pero se convirtió en una figura polémica tras defender ante Naciones Unidas, en 2003, la invasión de Irak. Posteriormente se demostró que las pruebas presentadas ante la ONU habían sido fruto de una inteligencia fallida. Powell se refirió posteriormente a ese episodio como una «mancha» en su historial. Pese al fatídico episodio, Powell y su larga trayectoria militar y política gozan de buena reputación en el país, tras trascender que había accedido a comparecer ante la ONU en última instancia y conocerse que había expresado objeciones sobre las pruebas a presentar. El ex secretario de Estado dimitió tras la reelección de Bush en el 2004 ante la falta de entusiasmo por parte de la Casa Blanca con su continuidad en el cargo.