Los laicos recuperan Jerusalén por el temor a la intolerancia religiosa

Los laicos recuperaron a costa de los ultra ortodoxos la alcaldía de Jerusalén en los comicios municipales que se han celebrado el martes en Israel y que han reflejado el cisma entre ambos sectores en la sociedad judía de este país. El cambio de tornas se explicaría por la movilización de los laicos para impedir que los ultra ortodoxos renovaran el mandato municipal que habían recibido hace cinco años y que ha supuesto su primera experiencia en la gestión local de la ciudad santa. La clave parece haber sido el temor laico a que otro alcalde ultra ortodoxo profundizara en una intolerancia religiosa y un atraso social y económico que son endémicos en el área de Jerusalén pero que ha venido a acentuarse en el último lustro. Enclavada en los Montes de Judea, Jerusalén se encuentra a sesenta kilómetros del litoral mediterráneo pero la distancia que le separa mentalmente de esa zona -donde se localizan los centros productivos del país- se mide en siglos cuando no en milenios. Dinamismo y pasado Frente al dinamismo de las ciudades de la franja costera como la cosmopolita y liberal Tel Aviv, y la portuaria e industriosa Haifa, la capital espiritual de Israel permanece ensimismada en su pasado. Y como la ciudad más pobre del Estado judío, sin otros grandes ingresos que los facilitados por la visita de turistas y peregrinos. La llegada de ultra ortodoxos del resto de Israel y del extranjero -así como los aires de fundamentalismo que soplan sobre su área urbana-, ha engrosado en las ultimas décadas un sector en el que ya se integra uno de cada tres judíos de la ciudad. Y explica que el actual regidor, Uri Lupoliansky, se convirtiera en 2003 en el primer alcalde ultra ortodoxo de Jerusalén. Pero no ha ayudado a que la ciudad remontara económicamente en la medida en que por razones de espiritualidad los recién llegados dedican la mayor parte del tiempo a la oración y el estudio.