Si el gabinete israelí aprueba la medida no estaría obligado a respetar las condiciones de Hamás
Israel vota hoy una tregua unilateral tras recibir garantías de EE.UU.
El Gobierno de Bush firmó con el Estado judío el compromiso de cortar las vías de contrabando en Gaza
A falta de cuatro días para el traspaso de poderes a Barack Obama, el Gobierno de George Bush dio ayer en su último día de trabajo su último espaldarazo a su gran aliado en Oriente Próximo, ofreciéndole en bandeja la excusa para detener la guerra y emprender un alto el fuego con sabor a victoria.
En Washington, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, suscribía con su homóloga y amiga hebrea, Tzipi Livni, un acuerdo cortado a la medida de las exigencias y los deseos de Israel para poner fin a la actual ofensiva. Un documento que garantiza al Estado judío no sólo que Hamás no podrá rearmarse por ninguna vía, sino que además bendice por todo lo alto a Israel, «como a todas las naciones, el derecho inherente a la autodefensa, incluido el derecho a defenderse contra el terrorismo a través de acciones apropiadas». Para blindar esta declaración, Rice y Livni se han cuidado de implicar como consultor y parte al secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, que seguirá en su puesto con Obama al menos un año y, en principio, será el seguro de que Israel no saldrá perjudicado si hay una revisión del texto.
Sensación de triunfo
La sensación de triunfo en Tel Aviv es tanta que, sin ir más lejos, ayer se convocó al término de la jornada de sabat una reunión del gabinete israelí de Seguridad, en la que, por primera vez en 22 días de combates, la principal opción hoy no será intensificar los ataques, sino un probable anuncio de alto el fuego. Las expectativas se disparaban ayer hasta el punto de que la agencia gala France Press y medios locales citaban a «altos funcionarios» anónimos para asegurar que hoy se anunciará un cese unilateral de la violencia por parte de Israel, sin acuerdo de tregua con Hamás que implique concesiones.
El documento firmado en Washington culpa exclusivamente a los islamistas de lo sucedido en Gaza, diciendo que «la adquisición y el uso de armas por los terroristas contra Israel fueron las causas directas de las recientes hostilidades» y condenando de forma «inequívoca» los ataques palestinos con cohetes.
Para acabar con todo ello, el compromiso de EE.UU. es poner al servicio de Israel, con la colaboración internacional, recursos, medios, asistencia técnica, información de inteligencia y comandos militares dirigidos a cortar en seco cualquier tráfico de armas a la franja a través del Sinaí egipcio o de barcos en ruta por el Mar Rojo o el Mediterráneo.