Dimite el ministro del Interior rumano, el segundo en tres semanas
varsovia
Bruselas no gana para sustos. Además de lidiar con Vaclav Klaus, el eurófobo jefe de Estado de Chequia -”que para colomo ocupa la presidencia semestral de la UE-”, de soportar tensiones internas, de hacer frente a una imparable crisis económica y de capear conflictos como el de Rusia y Ucrania a cuenta del gas, la Europa comunitaria mira con preocupación a sus socios díscolos del Este. Si la corrupción y las mafias de Bulgaria preocupan, la inestabilidad política de Rumanía desvela. El país se ha convertido en pocos meses en una carga política y económica para los dirigentes europeos y nada hace prever que la situación evolucione de manera favorable a corto plazo.
La última
En menos de tres semanas, dos ministros del Interior han presentado su dimisión en Rumanía. Según se supo ayer, Liviu Dragnea presentó su dimisión el lunes por la noche, sólo trece días despus de asumir el cargo, porque no comparte la política de austeridad aprobada por el gobierno del conservador Emil Boc. Dragnea declaró que «no puedo quedarme callado ante la disminución del presupuesto dedicado a seguridad», pero diversos analistas cuestionan la versión oficial y aseguran que el ministro dimitió porque no estaba dispuesto a sufrir presiones de los barones de su partido (el socialista PSD) para que colocara en puestos de alta responsabilidad a personas que no son de su confianza.