Obama busca un proyecto energético común en su primer viaje a Canadá

Fue una visita que duró apenas seis horas pero, entre vecinos tradicionalmente bien avenidos, es más fácil llegar a acuerdos. Obama, abrumadoramente apoyado por los canadienses, tenía que tranquilizar al gobierno de Ottawa sobre sus intenciones de revisar el Tratado de Libre Comercio para proteger a la industria estadounidense. Al final, el presidente estadounidense dedicó sus esfuerzos a persuadir a su homólogo canadiense de trabajar juntos para luchar contra la crisis. Obama se mostró confiado de que su plan de estímulo ayudará a la decaída industria del automóvil de Detroit y con ello a las provincias canadienses que dependen de este sector.

Entre los temas conflictivos, sacó a relucir las denominadas «arenas bituminosas», una mezcla de arena, arcilla, agua y petróleo, que gracias a nuevas técnicas de procesamiento pueden aprovecharse para extraer petróleo. Canadá posee en su suelo ingentes cantidades de esta materia prima y su explotación, altamente contaminante, tiene un fuerte impacto sobre valiosos ecosistemas que comparten los dos países.